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 domingo, 20 de junio de 2004

Belgrano y la educación de las niñas

Marcela Isaías / La Capital

La educación, en especial la de las niñas y las mujeres, era para Manuel Belgrano una premisa fundamental. Y, para ser consecuente con lo que pensaba, cuando asumió al frente del Consulado de Buenos Aires (1793) impulsó la creación de escuelas de oficio, aumentó el salario a los maestros y se preocupó en particular por la educación de las niñas.

Belgrano entendía que la condición de mujer no podía ser un obstáculo para el acceso a su educación. Es más, creía que de una educación igualitaria dependía el futuro promisorio de un país. Por suerte, las ideas de Belgrano se extendieron.

Además de las escuelas de Dibujo y de Náutica (1799), el creador de la bandera impulsó la educación gratuita y creó instituciones específicas para niñas.

Belgrano tenía la convicción de que las mujeres debían educarse, por eso sostenía: "Se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, entre otras tareas, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres".

En la historia de Belgrano escrita por Bartolomé Mitre se relata este capítulo significativo para la educación argentina. "Belgrano aconsejaba -escribió Mitre- que se abran escuelas en todos los barrios de la ciudad y en todas las villas de campaña para los niños de ambos sexos, en circunstancias en que no existía en Buenos Aires más que una sola escuela de primeras letras, que se llamaba desrey, por ser la única que costeaba la Corona de España".

Tan fundamental era para el creador de la bandera nacional la educación de las niñas y mujeres que decía que "de su bienestar nacerá la reforma de las costumbres y se difundirá al resto de la sociedad".

De igual manera, pensaba que a través de la educación de las niñas y las mujeres se les podría inspirar a los hombres el amor al trabajo, "pues en un pueblo donde éste no reine decae el comercio y toma su lugar la miseria".

A más de doscientos años de las palabras y acciones del creador de la enseña argentina vale la pena difundir su pensamiento. Sobre todo porque todavía el acceso a la educación igualitaria, gratuita y de calidad sigue siendo materia pendiente. En particular para las niñas.

Por eso puede entenderse también que uno de los objetivos fijados para el 2015 en el foro denominado Educación Para Todos sea lograr la equidad de géneros para ese entonces y "en particular asegurando a las niñas acceso pleno a una educación básica de calidad y rendimientos escolares en igualdad de condiciones".

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