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 domingo, 06 de junio de 2004

Mercados
La nueva oferta, un trago difícil de digerir

Salvador Di Stéfano

La presentación de la reestructuración de la deuda pública Argentina podría calificarse como de "mamarracho", siendo muy optimistas. En primer lugar, se leyó un comunicado en dónde las dudas abundan y las incógnitas son enormes. No hay decreto o comunicación oficial firmada por ministros o el Poder Ejecutivo con lo cual, la propuesta puede ser tomada como una intención de reestructuración y no como propuesta.

Con estas dudas, es imposible analizar lo que mañana se puede cambiar. A continuación se desarrollará lo que pueden considerarse las inconsistencias más profundas de lo que se presentó en la tarde del martes pasado.

Se ofrecen tres títulos: el Par, el Discount y el Cuasi Par. Los dos primeros bajo legislación internacional y el tercero bajo legislación Argentina. Los dos primeros son en moneda extranjera y el tercero en moneda local. La primera incongruencia es que los bonos como el Bonte que están bajo ley argentina pesificados podrían ser dolarizados por un fallo judicial de similar característica del que dolarizó los plazos fijos. Si eso ocurre, para el canje de bonos sería necesario una opción de títulos que sería bonos en moneda extranjera bajo legislación argentina que no aparece en el menú que ofreció el gobierno.

En el comunicado oficial nada se menciona acerca de las Letes y los certificados de cancelación de impuestos que tienen en su poder ahorristas que en su momento canjearon por títulos públicos.

El comunicado no tiene en cuenta a inversores de corto plazo con inversores de largo plazo. Por ejemplo, un ahorrista que tenía un Bonte 2002 y estaba al momento de la cesación de pagos a cinco meses de cobrar, ahora si no le hizo juicio al Estado y aceptó la pesificación le ofrecen un bono Cuasi Par a 42 años de plazo y cuyos intereses se capitalizarán en los primeros 10 años. Conclusión: si usted tenía 40 años a la fecha del default, en los 3 primeros años del default no recibió un peso en concepto de interés y amortización, ya usted tiene 43 años y realiza el canje del Bonte por el bono Cuasi Par, por ende hasta los 53 años no cobra un centavo en concepto de intereses, y la amortización del título opera cuando usted cumpla sus felices 85 años de edad. Queda claro que 42 años para una sociedad anónima que administra dinero de terceros como las AFJP no son muchos, pero para una persona de carne y hueso son una eternidad, ya que ojalá todos puedan lograr cruzar la barrera de los jóvenes 85 años.


Imagen "patoteril"
Por otro lado, el gobierno a la hora de presentar la oferta de reestructuración volvió a mostrar una imagen patoteril planteando que nada era negociable. Lo más dramático que luego de dos años y cinco meses de cesación de pagos el comunicado (que no es decreto, y tampoco hay información oficial que lo valide) salió mal, ya que se anunció que el bono Cuasi Par en pesos no sería actualizable por el coeficiente de estabilización de referencia (CER) y al día siguiente el ministro Lavagna enmendó la equivocación.

Lo más descarado de la propuesta es que se presenta a los acreedores una quita de 64.000 millones de dólares y se les plantea pagar a un ritmo de 1.000 millones de dólares en los primeros cinco años, sin pago alguno de dinero en efectivo, capitalizando intereses del Discount y el bono Cuasi Par en los primeros 10 años y comienza a pagar cuotas de amortización a partir de los 20 años de vida de los títulos.

Claramente si los acreedores aceptan esto Argentina crecerá muchísimo porque se está ante un claro escenario de licuación de deuda. Pero muy pocos aceptarán esta propuesta que ya cuenta con la desaprobación de la mayoría de los inversores, ya que la propuesta en sí muestra un claro incentivo a realizar juicios debido a que como se percibe muy poco en los primeros 10 años es mejor no aceptar e ir al litigio para ver si se obtiene una tajada mayor.

Conclusión: La propuesta de reestructuración de la deuda pública es un mamarracho y es imposible que con estos lineamientos tenga una adhesión superior al 30%. Si no se consigue reestructurar la deuda, la Argentina difícilmente pueda firmar un acuerdo con el FMI.

Los activos de riesgo sufrirán una fuerte baja ante este escenario negativo para el mercado, el Merval tiene un soporte en la zona de 900-870 y de perforarlo se desploma a los 800 puntos.

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