| sábado, 29 de mayo de 2004 | Noticias del clima Las lluvias en Córdoba, un llamado de atención El último período de precipitaciones registrado sobre la región pampeana tuvo su epicentro en el sudoeste cordobés, principalmente entre los Ríos Cuarto y Quinto. Este evento se extendió hacia el este en un corredor aproximadamente delimitado por las rutas nacionales 7 y 8, perdiendo importancia hacia el norte y hacia el sur de esta franja. Las lluvias comenzaron desde el oeste el viernes 21 y persistieron hasta el martes 25, con el máximo de actividad durante el día domingo.
Para cuantificar la magnitud del evento, las lluvias registradas desde el 22 en las inmediaciones de Sampacho (Cba) se suman a las observadas desde principios de mayo, constituyendo un récord desde el año 1900 (240 mm).
El registro de la localidad de Sampacho encuentra similares en una gran cantidad de localidades del departamento de Río IV y el de Juárez Celman. Esto obviamente constituye un hecho anómalo, dado que las precipitaciones habituales de mayo no superan los 30 mm para esta zona.
La semana anterior mencionábamos el importante nivel de saturación que presentaban vastos sectores del sur cordobés. La inusual extensión del hidrometeoro favoreció que se generalizaran los anegamientos, los cuales tuvieron su máxima expresión en la zona de La Cautiva. En el apogeo de este evento la mayor parte de este poblado fue cubierto por un metro de agua.
Si bien la situación no tiene parangón con lo ocurrido en abril del año pasado en la ciudad de Santa Fe, las condiciones iniciales fueron las mismas: suelos saturados y pronósticos de más agua. La conclusión es obvia acerca del grado de significancia que adquiere el monitoreo sistemático y estructural de variables hidrometeorológicas: precipitación, nivel freático, caudal, entre las principales.
Conociendo el nivel de saturación de los suelos a través de un balance hídrico y apoyado por imágenes satelitales, pueden establecerse distintos niveles de alerta ante un pronóstico adverso. De esta manera, ante una amenaza impostergable puede reducirse el nivel de vulnerabilidad de la población, mitigando las pérdidas. Principalmente las ciudades ubicadas en zonas deprimidas deben tener desarrollados planes de contingencia, puesto que muchas veces la improvisación cobra más víctimas que el fenómeno en sí mismo.
Inundaciones por lluvias intensas sobre suelos saturados se han visto con frecuencia en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y el sudeste de Córdoba. Hacia otros sectores de la región pampeana el riesgo disminuye, pero lo sucedido en el sudoeste cordobés muestra la importancia de conocer la naturaleza con la que se convive.
El fenómeno del último fin de semana pone nuevamente de manifiesto la gran variabilidad climática que presenta la región pampeana. El comportamiento de las precipitaciones establece niveles medios satisfactorios como para hacer posible la agricultura de secano en la región pampeana. Sin embargo, la homogeneidad de las mismas es algo con lo que no se puede contar. Esta conducta pluviométrica finalmente nos conduce al comienzo de cada campaña fina a un mosaico que muestra a la región con pulsos de excesos o sequías. En particular a esta altura de mayo nos sorprende una extendida franja de excesos que comprende el sur de Córdoba, sur de Santa Fe y, norte de Buenos Aires.
Partiendo de una determinada situación inicial, el desarrollo de posibles escenarios de reserva de humedad para una fecha establecida se convierte en una herramienta clave. Estos escenarios son posibles de desarrollar a partir de un balance hídrico donde se simulan distintos comportamientos del campo de precipitación. De acuerdo a las tendencias climáticas mensuales, uno puede elegir el escenario más probable. A partir de ellos, desarrollarse estrategias optimizadas para la fecha de siembra.
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