Hepatitis

Vacunación masiva

La hepatitis A ha provocado grandes epidemias a lo largo de la historia. Sin embargo, y paradójicamente, el aislamiento del agente que la provoca ha sido extremadamente dificultoso y hace sólo 30 que se ha logrado la identificación del virus. La enfermedad caracterizada por la inflamación del hígado es una de las patologías de mayor impacto en las áreas de pobreza, aunque los grupos sociales de alto nivel adquisitivo también resultan marcadamente susceptibles a contraerla dado que carecen de anticuerpos contra el virus. Tanto infectólogos como autoridades sanitarias están preocupados por el incremento en el número de casos en diferentes regiones del país, que se estiman han superado en un 150 por ciento los brotes anteriores. Por ello coinciden en reclamar la inclusión urgente de la vacunación contra la hepatitis A en el calendario oficial como único modo de compensar las falencias de las redes cloacales y de la provisión de agua corriente potable.

La reciente aparición en el mercado de una versión pediátrica (de origen francés) puede contribuir a frenar la epidemia. La vacuna se presentó recientemente en Buenos Aires y en Córdoba, y próximamente está previsto su lanzamiento en Rosario, Tucumán y Mendoza.

La nueva vacuna del Laboratorio Aventis Pasteur, está indicada para niños y adolescentes (de 1 a 15 años de edad inclusive) y viene en jeringa prellenada con una aguja fina y corta, para reducir al mínimo las molestias.

El único reservorio conocido del virus es el ser humano. La transmisión es fundamentalmente vía fecal-oral, ya sea por transmisión de persona a persona o por ingestión de agua o alimentos contaminados.

Teniendo en cuenta que los niños son difusores silenciosos de la enfermedad, es imprescindible vacunarlos a partir del año de vida. El esquema de vacunación contempla la aplicación de dos dosis que se administran con un intervalo de seis meses.

Una investigación efectuada en el país compiló la totalidad de los gastos que origina la hepatitis A, incluidas las visitas médicas hasta los trasplantes de hígado, desde las recaídas hasta los días de trabajo perdidos. El estudio comparativo fue premiado en marzo último por la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas durante un congreso realizado en México (Cancún). Según ese estudio, el costo de prevenir la hepatitis-A mediante la vacunación masiva de la población infantil, sería tres veces menor que el de atender a los enfermos. Esto quiere decir, 14 millones de dólares contra los 43 millones que implica la no vacunación.

La Asociación Argentina de Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente (AIDIS) advirtió que se incrementaron en un 35% los casos de hepatitis A y en un 15% los casos de diarrea a raíz del gran déficit de infraestructura sanitaria, sumado al incremento de la pobreza. Estos datos corresponden al período 1996-2000, según los últimos registros disponibles del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Existe además basamento científico para asegurar que desde entonces hasta el 2004 los casos crecieron aún mucho más.

Alrededor de 20 millones de argentinos no tienen cloacas y otros 8 millones no cuentan con provisión de agua potable, lo que potencia la transmisión de enfermedades infecciosas de origen hídrico.