Editorial

Registro: que haya solución

Una de las situaciones más irritantes que se producen habitualmente en la Argentina de la crisis tiene que ver con los notorios perjuicios que sufre el conjunto de la ciudadanía como consecuencia de reclamos sectoriales. Los ejemplos son múltiples y uno de los más nítidos es el caso de los grupos piqueteros, que a partir de reivindicaciones justas implementan una metodología tan errónea como autoritaria, que crea numerosos problemas a la gente sin contribuir a la creación de soluciones. Los paros docentes poseen similar trasfondo: justificadas demandas de los maestros por mejoras salariales han solido desembocar con excesiva frecuencia en prolongadas huelgas, que convierten a los alumnos en víctimas principales. El extenso paréntesis de actividades del Registro de la Propiedad rosarino, también a partir de una demanda puntual y comprensible de los trabajadores, ya ha paralizado al mercado inmobiliario de la ciudad por más de tres semanas, generando fuertes perjuicios a toda la sociedad. En el día de la fecha están dadas las condiciones para que la labor se reanude, aunque -según se anunció- aún no se atendería al público. Ojalá que los pronósticos optimistas finalmente se cumplan.

El tema que condiciona el levantamiento de la medida de fuerza es el pago de los premios estímulo "caídos" (de diciembre de 2003 y mayo de este año), aunque el eje del reclamo laboral es la equiparación de los sueldos del Registro de la Propiedad con los del Registro Civil, tal como lo establece una ley del lejano 1991 que nunca se efectivizó en el terreno de los hechos.

El dilema, tal cual se nota, es de antigua data, y la repetición del conflicto -que se dispara cíclicamente- denota que la voluntad política de darle solución definitiva ha brillado, al menos hasta hoy, por su ausencia. Las promesas del gobierno provincial en tal sentido son contundentes: se depositará en tiempo y forma el dinero adeudado y antes del 14 de junio próximo, cuando venza el plazo de veinticinco días corridos, se resolverá sobre el punto nodal que motiva la protesta.

La ingente cantidad de trámites detenidos, que incluye inscripciones de compraventa, poderes, hipotecas, venias y copias judiciales, declaratorias de herederos, transferencias de sucesiones y pedidos de informes, se erige como prueba categórica de que la ciudadanía rosarina no puede seguir pagando el precio de la irresolución de la provincia. Ya es hora de dar respuestas.