Sacramentos sin red

La Iglesia Católica prohíbe el uso del correo electrónico para la realización de las confesiones. Ya en enero de 2003, la Penitenciaría Apostólica aclaró que eso "iría en contra de la misma esencia de citado sacramento" e indicó que la confesión es algo que requiere una comunicación directa, fluida y evitando cualquier posible malentendido. La interactividad es fundamental, y por correo electrónico es complicado pedir aclaraciones o matizaciones cuando sean necesarias. La Iglesia desea mantener las confesiones en la forma tradicional: en una oscura esquina de un templo, donde se enumeran los pecados en voz baja y ante la presencia de alguien revestido de autoridad y respetabilidad. Sin embargo, hay empresas que desde hace varios años tratan de seducir a la Iglesia con la idea de implementar un servicio a través de la red. Una de ellas hasta hizo publicidad diciendo: "Sus pecados no se archivan ni se transmiten por Internet".