| miércoles, 26 de mayo de 2004 | Perros envenenados Una vez más son víctimas los animales. Son estas unas cuantas líneas amargas que nunca hubiera querido escribir, pero cuando el hombre saca a flor de piel sus miserias me avergüenzo de pertenecer a la especie humana, y necesito pedir perdón a todas esas criaturas indefensas que día a día son agredidas por el odio del hombre, por el odio que aflora de lo más hondo de esta sociedad resentida, y necesito decir a gritos que soy diferente, que amo la vida y que repudio con toda mi alma estos actos terribles, que sólo una mente macabra puede imaginar. Me pregunto qué oscuro sentimiento impulsa a un ser humano a tomar la decisión de envenenar a un perro, de descargar su furia sobre los más débiles. ¿Será resentimiento? ¿Será frustración? ¿Será impotencia ante una vida que no le place y, para sentirse fuerte, descarga su ira en total desigualdad de condiciones sobre los más indefensos? ¿Será que no es feliz y por lo tanto decide que otros no lo sean? Me pregunto: ¿qué clase de amor pueden expresar esas manos que no titubean en cometer un crimen? ¿Pueden acariciar a otra persona, a su hijo, a un ser querido? ¿Cómo se le explica a un niño tanto odio? Creo que actitudes como éstas son doblemente condenables, por cometer un crimen con los más desvalidos, provocándoles uno de los sufrimientos más terribles, el envenenamiento, y por no respetar los sentimientos de quienes aman a los animales. ¿Por qué? ¿Es acaso justo envenenar a un animal por romper una bolsa de residuos tratando de satisfacer una de sus necesidades básicas como es comer? ¿Es acaso justo culpar a un animal por deambular por las calles sin rumbo y sin hogar? ¿Es acaso justo condenar a las víctimas y no mirar hacia los verdaderos responsables? Porque son responsables de esta situación extrema -donde un desquiciado practica hechos tan crueles como el envenenamiento- quienes abandonan a un animal en la vía pública. Denunciemos estas terribles actitudes para juntos construir una sociedad mejor. No callemos estas injusticias, permitiendo que todo siga igual, sin poder ofrecer a las generaciones próximas un futuro más digno. Eduquemos a quienes todavía no comprenden que vivimos en una sociedad donde se deben respetar derechos y asumir deberes y entendamos que no estamos solos en el planeta, lo compartimos con otros seres capaces de sentir y de dar cariño, y que también tienen derechos que deben ser respetados.
Grupo Proteger, San Jorge, Santa Fe enviar nota por e-mail | | |