Casos. De dueños a usurpadores

Proceso a una familia mapuche en Chubut

Un juicio enfrenta en la ciudad de Esquel al poderoso grupo Benetton y a un humilde matrimonio aborigen

Osvaldo Aguirre / La Capital

El poderoso grupo Benetton y una humilde familia mapuche se enfrentarán a partir del martes próximo en un juicio oral que se realizará en la ciudad de Esquel, provincia de Chubut. La causa en cuestión parece en principio minúscula, ya que gira en torno a la propiedad de un predio, pero ha reactivado un conflicto con profundas raíces históricas y que no parece haber sido definido.

La historia inmediata comenzó el 23 de agosto del año pasado, cuando la familia de Atilio Curiñanco y Rosa Rúa Nahuelquir ingresó en un campo conocido como Santa Rosa, ubicado sobre la ruta nacional número 40, cerca del paraje Leleque. Curiñanco trabaja en el Frigorífico Esquel, mientras Rúa Nahuelquir quedó desempleada en febrero, cuando cerró la fábrica textil en que estaba empleada.

El predio Santa Rosa, que se hallaba abandonado, se encuentra frente a la estancia Leleque, uno de los establecimientos que conforman el emporio de 900 mil hectáreas propiedad del grupo italiano, bajo la designación Compañía de Tierras del Sud Argentino. El campo, utilizado tradicionalmente como sitio de invernada, ha sido considerado como de propiedad comunitaria por parte de la población mapuche.

Según destacó el abogado Gustavo Macayo, representante de la familia, antes de ocupar el campo los Curiñanco hicieron una presentación ante la policía de Esquel y el Instituto Autárquico de Colonización de Chubut, a fin de dejar constancia de sus actos.

La familia mapuche levantó una casa y sembró una parcela de la propiedad. Pero el 31 de agosto la policía de la localidad de El Maitén se presentó para advertirles que debían abandonar el lugar, porque el administrador de la estancia Leleque, Ronald MacDonald, los había denunciado por usurpación. Los Curiñanco fueron expulsados del predio en octubre, cuando un impresionante operativo policial destruyó su vivienda y las mejoras que habían introducido.


EL LITIGIO
La causa iniciada por la denuncia de Benetton quedó en manos del juez de instrucción de Esquel, José Luis Colabelli, acusado en reiteradas ocasiones de discriminación hacia los pueblos originarios.

Esas acusaciones se fundamentaron en el enjuiciamiento por parte de Colabelli, de otra familia Mapuche, la de Mauricio Fermín, establecida en la Comunidad Vuelta del Río, departamento Cushamen, en el noroeste de Chubut.

En marzo del año pasado, Colabelli hizo lugar a un pedido del comerciante Vicente El Khazen, quien reclamaba el lote que ocupaban los Fermín y es habitado por población mapuche desde 1899, cuando el gobierno nacional creó la reserva de Cushamen. Se trata de tierras pobres pero que adquirieron importancia por su proximidad con El Desquite, la mina de oro y plata que pretende explotar la empresa canadiense Meridian Gold y que fue rechazada en un plebiscito por el 81 por ciento de la población de Esquel (actualmente, la Corte Suprema de Justicia de la Nación considera una queja de la compañía extranjera para iniciar el emprendimiento).

Policías y gendarmes de El Maitén y Esquel arrasaron entonces con las propiedades de Fermín. La casa fue demolida y los corrales destruidos. Sin embargo, con el sostén de su comunidad, la familia permaneció en el lugar.

La historia comenzó a darse vuelta cuando el Tribunal Superior de Justicia de Chubut dio curso a denuncias por mal desempeño y desconocimiento del Derecho contra el juez de Esquel. Posteriormente lo suspendió en sus funciones y a principios de este mes Colabelli quedó destituido tras ser sometido a un jury.

"No sabemos cómo puede incidir la destitución de Colabelli en el juicio contra la familia Curiñanco", sostuvo el abogado Macayo.

El vocero de la comunidad Mapuche-Tehuelche 11 de Octubre, Mauro Millán, denunció asimismo que el grupo Benetton realiza presiones para desalojar a unas sesenta personas que residen actualmente en el paraje Leleque, donde además funciona una escuela. El objetivo sería construir un complejo cultural y extender el recorrido del tren La Trochita, que actualmente hace un breve trayecto entre Esquel y la estación Nahuel Pan.


PASADO PRESENTE
La Compañía de Tierras del Sud Argentino se radicó en el noroeste de Chubut en los últimos años del siglo XIX. Fue la primera empresa que se constituyó con el objetivo expreso de conseguir tierras en la Patagonia. De acuerdo a los documentos presentados por la propia empresa, el latifundio de 900 mil hectáreas fue recibido en concepto de donación por parte del presidente José Evaristo Uriburu. En 1898 terminó de recibir los títulos de propiedad.

Sin embargo, según el abogado Gustavo Macayo, las tierras del grupo que encabezan Carlo y Luciano Benetton no han sido mensuradas, por lo que se desconocen sus exactas dimensiones. "Sin dudas, la propiedad de las tierras que hoy posee Benetton tiene un origen malévolo", apuntó. La empresa es dueña además de dos estancias en Santa Cruz y de otra en Balcarce, provincia de Buenos Aires.

La Compañía de Tierras calificó de "ocupante ilegal" a la familia mapuche y aseguró contar con "títulos perfectos" sobre las tierras. Además sostuvo que el 60 por ciento de las personas a las que emplea en sus estancias cordilleranas son de origen mapuche.

La empresa administra asimismo el Museo Leleque, que ofrece a los turistas "trece mil años de historia" y suele ser escenario de manifestaciones y "escraches" por parte de la población aborigen. "Pretenden contarnos nuestra historia desde su punto de vista", observa Gustavo Macayo. La ironía más notable de esa versión es que los descendientes de los habitantes originarios de la Patagonia sean tratados de "intrusos". Una injusticia sobre la que tendrá que pronunciarse esta semana la Justicia de Esquel.

La casa de los Fermín tras la irrupción policial.