"El día después de mañana" se estrena antes en la Argentina que en EEUU

Hollywood ahora quiere explotar la ecología

La película de 125 millones de dólares dirigida por Roland Emmerich narra la llegada de una nueva Era de Hielo

Pascal Barollier

Con Nueva York congelada o Los Angeles inundada, "El día después de mañana" -que se estrena el jueves próximo en la Argentina y al día siguiente en Estados Unidos- espera fascinar al público por su abordaje del tema del calentamiento climático y de un regreso a la edad del hielo. A semejanza de "Jurassic Park" para la paleontología y "Armageddon" para la astronomía, esta nueva película de cine catástrofe, "por el solo hecho de ocuparse del calentamiento climático, va a suscitar debates en Estados Unidos y en el exterior", anticipa Getchen Cook-Anderson, portavoz de la Nasa.

Producido por la 20th Century Fox a un costo de 125 millones de dólares y realizado por Roland Emmerich ("Día de la independencia"), "El día después de mañana" reposa sobre la hipótesis de una serie de acontecimientos provocados por el calentamiento climático, que sumergen a la Tierra en un nuevo período glacial.

El calentamiento termina por derretir el casquete glaciar, tras lo cual el agua dulce de los polos, más ligera que el agua salada, forma una cubierta en la superficie de los océanos, lo que impide la circulación de las corrientes térmicas.

Este fenómeno, descrito en detalle en la película, ya se produjo en la Tierra hace miles de años, cuando el planeta salía del período glacial, explicó a el oceanógrafo de la Nasa David Adamec, consultado por los guionistas del filme antes de comenzar el rodaje.

"Tenemos pruebas de que ya se produjo este escenario, volviendo a sumergir a la Tierra en un miniperíodo glacial conocido con el nombre de Younger Dryas", precisó.

En la película el fenómeno se desarrolla en unos días, mientras que en la realidad el proceso tomó alrededor de un siglo, señala el profesor Adamec, del centro espacial Goddard en Maryland (este).

Este especialista describe otra diferencia entre la realidad y el guión, en el cual una tormenta causa el descenso brutal del aire helado de las capas superiores de la atmósfera hasta el suelo, provocando el congelamiento de la gente. "Cuando el aire desciende, se registra una compresión que produce calor, como cuando se comprime el aire de un inflador", explica Adamec.

Adamec, como todas las organizaciones ecologistas y los partidarios de una acción reforzada contra los gases de efecto invernadero, recibió el filme con entusiasmo.

"Va a atizar el interés del público, y sería fantástico si ese interés permanece. Si el filme incita a la gente a interesarse en el problema más de cerca, para hacerse una opinión sobre su gobierno y sobre la política a ejecutar, también es muy bueno", resume el oceanógrafo, que admite su impaciencia por ver el filme, cuyos efectos especiales se estiman espectaculares.

Su estreno mundial estará acompañado en Nueva York de una manifestación por la protección del medioambiente en la cual tomará parte el ex vicepresidente demócrata Al Gore. El filme "nos da una buena ocasión de hablar del calentamiento climático y de responder a las preguntas que los espectadores no dejarán de plantear", señaló el político.

El director Emmerich estima en el sitio de Internet dedicado al filme que la "amenaza que suscita el cambio climático mundial es el único problema suficientemente importante para obligar a los países a dejar de pelear para ponerse a trabajar juntos".

Sin pretender la exactitud científica, el filme muestra al espectador una serie de hechos que van desde la desaparición prevista de cientos de miles de especies animales provocada por el calentamiento de aquí a 2050, hasta las 20.000 muertes provocadas por la canícula europea en 2003, combinando hábilmente realidades cotidianas y escenas apocalípticas.

El filme muestra las consecuencias del calentamiento global.