| domingo, 23 de mayo de 2004 | Mercados Kirchner y el nuevo contexto La suba del petróleo, las tasas y la devaluación del real le complican el primer aniversario de gestión Salvador Di Stéfano En su primer año de gobierno el presidente iba derechito a terminar con indicadores económicos espectaculares. La Bolsa había subido más de un 100% en dólares, el contexto internacional era muy favorable y su principal socio comercial Brasil mostraba una economía en crecimiento.
En los últimos días, el contexto internacional cambió. Brasil comenzó a ser menos confiable, en el ámbito local los problemas se multiplican y el mercado se desinfla como un globo pinchado.
En el ámbito internacional la escalada en el precio del dólar pone en vilo a las economías desarrolladas. El barril de petróleo a 42 dólares asegura un menor crecimiento mundial estimado en un 0,5% del PBI. En países como Estados Unidos el combustible subió un 100% y en Europa entre un 40% y 60%. Esto seguramente impactará sobre los índices de inflación y repercutirá sobre las decisiones que se tomen en materia monetaria.
En Estados Unidos se piensa que el 29 de junio Alan Greenspan modificará los tipos de interés de corto plazo, aumentando la tasa del 1% al 1,5% anual. Sin embargo, esto no debería repercutir en la tasa de largo plazo ya que dicho aumento está descontado y estaremos ante la presencia de un acatamiento en la curva de rendimientos entre los de corto y largo plazo. En lo que respecta a Europa, el Banco Central Europeo mantiene por ahora sus tipos de interés en torno del 2% anual. Sin embargo, no habría que descartar nuevas subas para realizar una política contractiva de modo tal de no fomentar la inflación.
Si bien hay un consenso generalizado sobre la posibilidad de suba de tasas de corto plazo, la mayoría de los analistas no se encuentran convencidos que esto tenga impacto sobre la tasa de largo plazo ya que los países desarrollados tienen un alto endeudamiento y, de encarecerse el costo del dinero, incrementarán los gastos federales. Esto obligara a más déficit y consecuentemente mayor endeudamiento y se espiralizarán a la suba los tipos de interés. Cuando hay algo que afecta a todos por igual, lo más probable es que esto no suceda.
Brasil atraviesa una coyuntura muy particular la disparada del dólar se dio en el marco de una mayor demanda de divisas de las entidades financieras como consecuencia de la probable suba de la tasa de interés internacional y el aumento en el precio del petróleo. Las entidades financieras salieron a comprar dólares para cubrirse de los contratos de dólares a futuro. Cabe recordar que durante 12 meses el real cotizó contra el dólar en la banda de 2,80-3. Por ende, había un incentivo a estar vendido en el mercado, algo que cambió cuando el real atravesó la barrera de 3, los nuevos contratos que se realizan se hacen previa compra de dólares en el mercado, lo que mantiene viva la demanda hasta cierto límite ya que la posición de dólares en las entidades financieras está próxima a llegar a un límite. Con lo cual, la demanda de divisas en el mercado cambiario podría desacelerarse en las próximas semanas.
El período de mayor vencimiento de la deuda pública externa se da entre los meses de abril y octubre, las reservas líquidas y disponibles de Brasil ascienden a 22.427 millones de dólares y hasta mediados de junio hay dólares en el Tesoro para hacer frente a los compromisos financieros internacionales. Si no se consigue crédito externo vía organismos financieros internacionales o crédito del sector privado, para mediados de junio se deberá recurrir a las reservas.
Daría la impresión que el período de mayor volatilidad pasó.
En el plano doméstico, el contexto internacional desfavorable y la devaluación del real hacen que el gobierno busque replantearse su política económica. Un país con una economía altamente informal, que ya llega al 25% del PBI, con una alta liquidez que nos muestra que la circulación monetaria representa el 6% del PBI y con depósitos bancarios en donde el 60% está a la vista, claramente muestra un escenario en el cual será difícil eliminar impuestos distorsivos. Se abre a futuro, además, un panorama de alta inestabilidad monetaria ya que ante un cambio de escenario la liquidez rápidamente buscará refugio en algún activo financiero como podría ser el dólar.
La Bolsa seguirá recuperando posiciones y el índice Merval irá recortando pérdidas hasta posicionarse en la delicada zona de los 1.050-1.100 puntos, en la cual definirá si sigue la tendencia a la suba o vuelve en busca de nuevos mínimos. Por ahora, quedarse y aprovechar los 1.000 puntos para alivianar carteras. enviar nota por e-mail | | |