| domingo, 23 de mayo de 2004 | ¿El tigre devorador? Tarde o temprano la vida nos coloca en el lugar que cada uno ha ido construyendo en los diversos estamentos que nos ofrece la sociedad. Don Blumberg, agraviado por la desgracia de la pérdida de su hijo, salió a emprender la cruzada de cumplir con la promesa hecha sobre la tumba de Axel: terminar con la injusticia y encarcelar con cuatro cadenas a los delincuentes. Lógicamente que desde la óptica que le ofrece su condición de pertenecer a una clase social privilegiada y con la ayuda de sectores interesados en la imposición de la "mano dura", logró impresionar a un conjunto de legisladores y hasta al mismo gobierno que comenzó a instrumentar a diestra y siniestra leyes y decretos que imponen un terror facistoide, con hasta garrafales errores en su implementación. En algún momento la sociedad va a pasar factura por esos apuros indiscriminados y la falta de comprensión (intencionada o no) de que la cuestión pasa por resolver los grandes problemas nacionales, como la recuperación de las riquezas patrimoniales y la resolución del problema de la concentración y extranjerización de nuestras tierras. También, por la reactivación de la economía mediante la suspensión del pago de deudas ilegítimas y fraudulentas.
Amílcar Monti
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