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 sábado, 22 de mayo de 2004

Para la policía el crimen de un hombre de 54 años no fue motivado por robo
Hallan muerto a golpes a un canillita en una vivienda abandonada
Trabajaba en un puesto de Rondeau y Washington. Lo fue a buscar su hija, inquieta tras varios días sin noticias

Un canillita fue hallado muerto a golpes en una casona abandonada del barrio Sarmiento. Los investigadores descartaron que el homicidio haya sido el desenlace de un robo y se inclinaron por la posibilidad de que hubiera sido el epílogo de una pelea. También sostuvieron que lo único reciente de la muerte fue su descubrimiento: el estado del cadáver sugiere que el deceso ocurrió entre dos y tres días atrás.

El lugar donde fue encontrado el cadáver de Pedro Alberto Almanza, de 54 años, es una vieja casa de dos plantas, ubicada en Maciel 150, a unos 20 metros del acceso Ribereño Norte y del puente peatonal que cruza esa arteria. Allí funcionó el boliche La Destilería y un salón de fiestas. El lugar está rodeado por un descampado arbolado y sobre el césped está emplazada una antigua fuente. La particularidad que presenta la casa es que también se puede ingresar por un túnel que desemboca en el jardín descuidado.

Almanza vivía en un parrillero techado situado en la parte posterior del inmueble. Allí, cerca de las 16 de ayer, su hija Débora, de 23 años, encontró el cuerpo sin vida del canillita. La chica había ido hasta la casona preocupada porque no veía al padre desde el domingo. Apenas llegó tropezó con el angustioso cuadro: atravesó la puerta, caminó entre rastros de sangre y distinguió el cuerpo de Almanza tirado en el suelo.

Tenía múltiples lesiones y heridas provocadas por un elemento punzocortante. Según el informe del médico de la sección Criminalística que examinó el cadáver, presentaba dos golpes en el cráneo, cortes en las dos manos, una lesión en el abdomen, heridas en el cuero cabelludo, otra en el cuello y traumatismos en el arco superciliar derecho y en el mentón.

Almanza atendía un quiosco de diarios y revistas de Washington y bulevar Rondeau. Su vida orillaba casi en la indigencia. Al parecer, el hombre asesinado era cuidador del inmueble, aunque las ventanas están desprovistas de cristales y la casa no cuenta con servicios elementales. "Se cruzaba a la casa de un vecino para que le diera agua", contó una mujer que habita en esa barriada. Recordó que era "amable" y que "nunca había tenido problemas con los vecinos".

Un hombre que estaba a su lado recordó que en su juventud vivió en un humilde vivienda ubicado al Rowing Club. "Lo dejaban entrar al club para jugar al fútbol con nosotros", explicó el vecino.

Anoche, una fuente de la investigación policial desechó la posibilidad de que Almanza haya sido asesinado durante un robo. "Creemos que fue una pelea entre alcohólicos", dijo el oficial consultado.

Algunos vecinos dieron crédito a esta versión ya que señalaron que el canillita "tomaba mucho en compañía de otros hombres". Anoche la casona estaba a oscuras. Sólo estaba iluminado el parrillero donde apareció el cadáver. Una mancha de sangre debajo de la puerta, una trincheta manchada de sangre y un guante blanco completaban la escena. El vocero consultado indicó que esos elementos fueron dejados allí por el médico que debió "cortar la ropa" para examinar el cadáver.

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La casona de Maciel 150, donde apareció muerto Almanza.

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