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 sábado, 22 de mayo de 2004

El analista Daniel Miró atribuyó a los fondos las caídas en Chicago
Soja: "La demanda empezó a racionar"
Mientras los precios podrían acomodarse en un valor más bajo, el productor enfrenta aumentos de costos

La brusca caída de los precios de la soja puso en alerta a los productores, que en su mayoría optó por sentarse arriba de la mercadería a la espera de que pase el chubasco, pero desató el pánico en el gobierno y los distintos sectores económicos que se beneficiaban del boom de la oleaginosa. ¿Se acabó lo que se daba? ¿Se viene el derrumbe? Para el analista Daniel Miró no es para tanto. El titular de la consultora Novitas, que el miércoles estuvo en la Bolsa de Comercio de Rosario, atribuye el movimiento bajista fundamentalmente a la decisión de los fondos de inversión que operan en Chicago, de salir hacer diferencias a partir de un conjunto de previsiones sobre la economía mundial, informes climáticos y datos comerciales desalentadores sobre China y Estados Unidos. Si bien asegura que la situación de oferta y demanda mundial sigue lo suficientemente ajustada como para evitar un derrumbe, consideró probable que no se vuelvan a ver por mucho tiempo los precios que había hasta hace dos semanas. "A determinados valores, darle de comer harina de soja a los chanchos es como alimentarlos con bombones, entonces empieza el ajuste", señaló. Miró advirtió que la posibilidad de valores más bajos se combinará con el aumento de los costos que está experimentando el sector agropecuario. "La última campaña fue con precios altos y costos congelados, la próxima campaña va a obligar a ser más cuidadoso", explicó.

-¿La caída de las últimas semanas marca el techo del precio de la oleaginosa?

-Los precios que estábamos viendo, solamente en parte eran reflejo de las impresiones que la gente tenía en mente: China, la demanda y la falta de oferta. Cuando se producen este tipo de atolladeros, en los que los especuladores tienen la oportunidad de hacer una diferencia, todos concurren. Y si esa situación se da luego de un contexto muy favorable para la participación especulativa en los mercados de commodities; con gente que huye del dólar, tasas de interés bajas y suba de las materias primas en general, producto del desequilibrio que implica la absorción de una economía como la china en el sistema; a la hora de la baja el efecto rebaño se potencia. De lo que hay que ser conscientes, porque no estamos hablando de vacunas que curan el sida o de laboratorios espaciales, es que estos productos tienen un límite de suba de precios. Pasados determinados valores, se hace imposible consumirlos. Darle harina de soja a los chanchos, a los precios que se veían, era como alimentarlos con bombones.

-¿Esto quiere decir que, más allá de un rebote, los precios se moverán en un nivel más bajo?

-La suba de precios de vimos fue una de las más extensas de toda la historia. EEUU se quedó sin mercadería. Y no es lo mismo que si se queda sin mercadería Zambia. Allí cualquier suba de precios evita que se consuma, en Estados Unidos el poder de compra es muchísimo mayor. Entonces siguieron comprando. El otro punto es que los americanos suelen resolver sus conflictos en los mercados y no en las mesas de consenso, como hacemos los argentinos. En esta pelea de mercado, los fondos de inversión llegaron a un punto en el cual se dieron cuenta de que empezaron a aparecer razones para bajarse de la posición.

-¿Qué es lo que cambió?

-En el orden correcto, las razones las podemos ubicar así: Primero, trascendió que están yendo barcos con mercadería sudamericana a Estados Unidos, como una forma de frenar la suba indiscriminada de los precios y comenzar a arbitrar los mercados. Esto va a seguir. Segundo: China no solamente frenó sus compras sino que comenzó a cancelar compras previas. Y todo esto vino a partir del anuncio de las autoridades chinas de una restricción del acceso a fondos del sistema bancario. Allí son comunistas y no hablan de tasa de interés, pero en definitiva se trata de una suba de las mismas. El tercer factor importante es que se empieza a frenar la exportación y el consumo interno de soja en Estados Unidos. Las cifras de molienda de abril son claramente indicativas de que han entrado en un proceso de racionamiento de demanda, producto de los altísimos precios.

-¿Por qué este racionamiento no llegó antes?

-La gente toma conciencia de los precios, empieza a especular sobre cuánto dura y la reacción demora en llegar. Más en Estados Unidos, que es el país de mayor poder de compra del planeta. Ahora llegó la reacción y los fondos, que mueven a Chicago, actuaron en consecuencia. A esto se suma un contexto que empieza cambiar. Greenspan está anunciando que va a subir la tasa de interés y el dólar se está empezando a valorizar. Es más difícil hacer subir la soja si el dólar se revalúa. El cambio de contexto no se va a limitar a una revaluación del dólar. De la mano de esto vienen preocupaciones bastente importante en EEUU, China y la UE respecto de que hay que tomar políticas antiinflacionarias. Y en general estas política tienden a frenar el crecimiento.

-¿Y qué papel juega la situación de oferta y demanda mundial de soja?

-El otro tema es que la siembra en Estados Unidos, tanto de soja como de maíz, viene muy bien. Hace muchos años que no siembran tan en fecha y que viene tan bien el clima. De todos modos, la situación de oferta y demanda a nivel mundial sigue ajustada. Por un lado, tenemos los problemas de existencias en Estados Unidos, a lo que se suma un recorte de las producciones en Argentina y Brasil. Por otro lado, la demanda sigue creciendo, a un ritmo moderado pero creciente. En China no será fácil de un día para otro cambiarle la dieta a millones de personas que en los últimos diez años se acostumbraron a comer mejor. En ese sentido, el mercado de proteína vegetal llegó para quedarse, lo que no quiere decir que siempre veamos precios extraordinarios. Otro tema es que la respuesta de los farmers a los altos precios de la soja fue un aumento de apenas el 2% del área de siembra de la oleaginosa.

-Pero la baja se produjo igual

-Lo que hemos tenido es una pequeña demostración de lo que los fondos son capaces de hacer. Una consecuencia de las reformas a las políticas agrícolas en los países centrales es que ya no se manejan con reservas. Este cuadro pone a la volatilidad como la regla y a los fondos de inversión como actores principales. Y recibían mucha plata de inversores que se pasaban a las materias primas ante la falta de alternativas. Cuando comenzó la caída, estaban sobrecomprados en 22 millones de toneladas. Por eso siempre insistimos en la necesidad de tomar coberturas. Creo que ahora vamos a tener una reacción técnica pero probablemente no nos devuelva a los niveles que tuvimos. "El momento del mercado" ya pasó.

-Frente a la caída de los precios no hubo mayores ventas en el mercado local.

-Más allá de los temores que despierta, el grueso de los productores van a ser vendedores reservados. Se va a vender lentamente porque acá faltan alternativas de inversión. Entonces el productor sigue sentado sobre la soja.

-¿Es posible que en la caída se achique el alto spread con Chicago y amortigüe el impacto en el mercado local?

-No, creo que el spread grande con Chicago va a seguir porque si no no hay forma de que ellos puedan importar. A pesar de que en la baja el spread se achicó. Ellos tienen que importar más de 1,5 millón de toneladas de soja y para que eso sea psoible tiene que haber una brecha importante que compense el aumento de los fletes marítimos.

-¿Cómo influyen los factores locales en esta volatilidad?

-A nivel local lo que más hay que mirar es la rentabilidad, no el precio. El tiempo de otros aumentos en el país empieza a acercarse: sueldos, tarifas, insumos (ya se vio con el glifosato y se verá con los fertilizantes), gasoil, fletes y el incremento impositivo que esas subas implican. Hemos entrado en una etapa totalmente distinta. Hasta ahora era simple: los precios subían y los costos estaban congelados. Esta campaña será más compleja. Los precios tienen ciertas posibilidades de adecuarse hacia abajo, sin hablar de derrumbe, y los costos a la suba.

-Un peligro para la próxima campaña, atendiendo a los alquileres que se están pagando.

-En ese tema se perdido la referencia. Mientras la gente piense en pajaritos de colores y convalide cosas que son incorrectas, allá ellos con los riesgos que están tomando. Yo tendría mis precauciones. Evidentemente todo error puede ser compensado con un desastre climático y aún la gente que cometió todo tipo de imprudencias sale airosa.

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"Darle harina de soja a los chanchos era como alimentarlos con bombones".

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