Año CXXXVII Nº 48392
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Opinión
Información Gral
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Salud
Autos
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 16/05
Mujer 16/05
Señales 16/05
Educación 15/05
Campo 15/05


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 19 de mayo de 2004

Editorial
Peligro: monóxido de carbono

Ya se han producido los primeros anticipos del frío invernal y como inmediata consecuencia ocurrieron tragedias vinculadas con la inhalación de un gas tan imperceptible como letal: el monóxido de carbono. Un caso en Capital Federal (fue el primero, días atrás), cuatro en Córdoba y uno en la provincia de La Pampa se convirtieron en contundente señal de los riesgos que se corren. Ante el peligro para la vida en que se erige este gas, conviene recordar algunas de sus características y convertir en normas ciertas recomendaciones.

Se debe partir de la base de que el monóxido de carbono se produce a partir de la combustión incompleta, originada habitualmente en el mal estado de las instalaciones de calefacción, la insuficiente ventilación de un ambiente o la colocación de un artefacto en sitio inadecuado. Los graves riesgos que su inadvertida presencia reviste radica en que, en primer término, posee un elevado nivel de toxicidad y, en segundo, en que no resulta detectable por intermedio de los sentidos, ya que es incoloro, inodoro e insípido.

Según recuerdan los especialistas, el monóxido de carbono se combina con la sangre a través de los pulmones con una facilidad mucho mayor que la del oxígeno. Incluso exponerse a él por un período breve puede ser disparador de daños irreparables, ya que aun una mínima cantidad de partículas podría alterar el funcionamiento del sistema nervioso y provocar desde cambios de humor o cefaleas crónicas hasta importantes lesiones neurológicas. Para que se comprenda adecuadamente la dimensión de su peligrosidad, alcanza con recordar que una persona expuesta a una atmósfera contaminada con apenas seiscientas partes por millón de monóxido de carbono durante un lapso de tres horas puede fallecer.

La consigna que se debe remarcar es que todos los accidentes con monóxido de carbono son evitables y que corresponde, por ende, cumplir con las normas de seguridad. La revisión periódica de los artefactos por cuenta de un gasista matriculado, el respeto de los requisitos técnicos y reglamentarios de la instalación, permitir siempre el ingreso de aire -aunque mas no sea una mínima vía- desde el exterior, no colocar calefones en baños ni calefactores en los dormitorios que no sean de tiro balanceado constituyen los consejos elementales que nunca se debe desobedecer. Nada menos que la vida es lo que se halla en juego.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados