| miércoles, 19 de mayo de 2004 | El nuevo edificio de Juan B. Justo y Travesía albergará a 350 alumnos Inauguraron el Complejo Ziperovich y la comunidad toba se vistió de fiesta El hijo de la ilustre pedagoga participó del acto y convocó a no discriminar y a otorgar oportunidades de aprendizaje Lucas Ameriso / La Capital "Mi madre Rosa Ziperovich era descendiente de inmigrantes judíos y sus padres le dieron educación. Murieron pobres, pero con hijos profesionales. Esta es la oportunidad que queremos para la comunidad toba, la de aprender, la de educarse para que deje de ser discriminada". Con estas palabras, Saúl Ziperovich emocionó a alumnos, padres, directivos y autoridades provinciales y municipales presentes en la inauguración de la Escuela Bilingüe Nº1.344 Cacique Taygoyé, construida en la esquina de Juan B. Justo y Sabin (Travesía) hoy devenida en Complejo Ziperovich.
Si bien este nuevo edificio ya está funcionando, ayer se realizaron los actos oficiales justo en el día en que la pedagoga, ciudadana ilustre de la ciudad, hubiera cumplido 91 años de edad.
El cambio de condiciones ambientales en el proceso de enseñanza-aprendizaje fue radical. Hoy, los 350 alumnos matriculados en la institución dejaron atrás un pasado con pisos de tierra, instalaciones en pésimo estado y cuatro aulas donde debían amontonarse todos.
Ayer se puso fin a cinco años de idas y vueltas con una escuela que tendrá nivel inicial hasta el tercer ciclo de la EGB, y ya se proyecta un bachillerato para adultos.
"Me vine de Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco) hace 5 años y desde que llegué mandé mis cuatro chicos a la escuela, que por ese entonces era chica, precaria y se compartían las aulas. Hoy mis chicos me cuentan que tiene más libertad y espacio para aprender mejor", dijo Graciela Benítez.
Una fila más atrás, y con impecable guardapolvo blanco, estaba sentado Juan Ojeda de 16 años y alumno de la Taygoyé. Su familia vino de Resistencia hace varios años y se siente un rosarino más. "Estamos bien cómodos", sonrió el pibe.
De las condiciones insalubres que presentaba el pequeño espacio ubicado en Juan José Paso y Los Andes, la Nº1.344 pasó a las actuales instalaciones el 8 de marzo pasado. Este milagro fue posible gracias a la donación de Saúl Ziperovich y Sonia Berjman -hijo y nuera respectivamente de la pedagoga- al aporte de 40 mil pesos de la Embajada de Canadá y a la compra del terreno por parte de la provincia.
"Esto es producto de una lucha del movimiento indígena por conseguir una escuela digna y afortunadamente nos escuchó el corazón de los Ziperovich", aseguró la docente bilingüe Ofelia Morales, para agregar: "Rosita peleó en vida por la escuela pública y contra la discriminación racial".
En el acto, que se coronó con unas coplas al cacique Taygoyé en pleno patio del Complejo Ziperovich, se hicieron presentes el embajador de Canadá, Thomas Mac Donald, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa, la ministra de Educación santafesina, Carola Nin, el ex intendente Hermes Binner, el jefe comunal Miguel Lifschitz y la secretaria de Cultura, Marina Naranjo, entre otros.
A su turno, la directora de la Nº1.344, Liliana del Pino, brindó unas palabras de agradecimiento, y a renglón seguido bregó para que los derechos de los niños y la educación pública en libertad "sean el ideario de los docentes de esta escuela, para que los niños cristalicen estos valores".
Luego, las palabras de los integrantes del Consejo de Ancianos de la comunidad toba emocionaron a la propia vicegobernadora, quien luego llamó a "respetar las identidades colectivas y militar el multiculturalismo".
Semejanzas y diferencias Quien provocó un silencio cerrado para escuchar sus palabras fue Saúl Ziperovich, al hacer referencia a sus antepasados que llegaron a la Argentina desde Ucrania. "Eran inmigrantes judíos que escapaban de la persecución y la humillación y aquí tenemos una comunidad que sufre la misma discriminación, con la diferencia de que acá son discriminados en su propio país", advirtió el hijo de la reconocida pedagoga.
En otro párrafo, Ziperovich manifestó que la donación para montar el Complejo "fue una forma de agradecer la oportunidad que tuvimos nosotros de aprender y educarnos". También se refirió a las trabas que tuvieron las gestiones durante estos cinco años, entre las que resaltó una insólita: el corralito financiero, que fue tan implacable con el dinero de la donación como lo fue con los ahorros de los argentinos.
Por su parte, la ministra Nin consideró que con la inauguración del complejo Ziperovich "se conjuga el pasado de la Escuela Nº1.344, su presente, pero por sobre todas las cosas su futuro, adonde hay que apostar para la reconstrucción del país". enviar nota por e-mail | | Fotos | | El acto se coronó con unas coplas al cacique Taygoyé. | | |