La doméstica de Borges y un homenaje en el Senado que no se concretó

Dicen que fue por intervención de María Kodama, la viuda del escritor. Un nuevo libro de memorias

Una nueva controversia en torno a la memoria de Jorge Luis Borges se desató ayer en la ciudad de Buenos Aires al conocerse la decisión del Senado de la Nación de suspender un homenaje previsto a Epifania Uveda de Robledo, la mujer que trabajó durante 35 años como empleada doméstica del escritor.

La mujer, conocida como Fanny, acaba de publicar un libro de memorias, "El señor Borges", escrito en colaboración con Alejandro Vaccaro, un estudioso de la obra del gran escritor, e iba a recibir una distinción de manos del vicepresidente Daniel Scioli. Pero el homenaje habría sido frustrado por una gestión de María Kodama, la viuda de Borges.

Según dijo Vaccaro a La Capital, "el homenaje se suspendió definitivamente sin que existiera ninguna explicación oficial y solamente porque la señora María Kodama se hizo presente en el Senado para manifestar su disconformidad con la distinción".

Vaccaro recordó que la distinción a Fanny "fue una iniciativa del propio Senado, que quiso hacer algo digno como reconocer a la persona que durante 35 años trabajó como mucama, enfermera y acompañante de Borges".

El hecho supone la continuación de un enfrentamiento que parece haber comenzado en vida del escritor. "En principio la relación entre Kodama y Fanny era formal, aunque con algunos roces. Pero cuando Borges se fue con Kodama a Ginebra (poco antes de morir, el 14 de junio de 1986), la echaron acusándola de ladrona: algo imperdonable. Desde entonces hay una mala relación".

En septiembre pasado, la Justicia porteña rechazó una demanda por calumnias e injurias iniciada por Kodama contra la ex empleada doméstica, que actualmente tiene 82 años.

Las memorias de la doméstica, publicadas por el sello Edhasa, "despertaron suspicacias, ya que muchos pensaron en un escándalo y el libro es una biografía seria que recorre una docena de temas destacados en la vida de Borges, como la historia de su madre, el Borges de la vida cotidiana, su posición ante el premio Nobel o las relaciones con la propia Kodama y con Viviana Aguilar, una empleada de la Librería La Ciudad con la que tuvo una relación muy fuerte a principios de los años 80".

No obstante, el libro revela secretos de alcoba, como por ejemplo que Borges y su fugaz esposa Elsa Astete durmieron en lugares distintos durante la noche de bodas o que Kodama hizo una escena de celos cuando Borges dedicó uno de sus textos a Aguilar.

Fanny, dijo Vaccaro, "vivió con Borges y con su madre en un departamento de setenta metros, donde prácticamente escuchó todo lo que se decía: ha sido un testigo privilegiado de la vida del escritor, aunque algunos no quieran que hable".

Epifania Uveda de Robledo.