Travesía

Rumbo a la mina de Pueblo Escondido

Aventura en bicicleta por las sierras y valles de Córdoba y San Luis

Mariela Colomba

Viajar siempre es un placer. Pero si el paseo consiste en subirse a una bicicleta y pedalear a través de sierras y valles para llegar a un enigmático pueblo fantasma ubicado en el límite de Córdoba y San Luis, donde funcionó una antigua mina de tunsgteno, estamos en presencia de una experiencia gratificante, difícil de olvidar.

El sol despunta iluminando el cerro Champaquí y en la plaza principal del pueblito cordobés de San Javier (emplazado en el sur del valle de Traslasierra) un grupo de ciclistas ultima los detalles para emprender la travesía.

Unos 55 kilómetros separan al contingente de su primer objetivo: Villa de Merlo, en San Luis. Con la escenografía de las Sierras Grandes a la izquierda del camino, los expedicionarios recorren un rosario de pueblos serranos, a los que el tiempo no llegó a transformar: Yacanto, Luyaba y La Paz (importante centro de recolección y acopio de hierbas medicinales).

Ya en Merlo los ciclistas disfrutan del recorrido por la Reserva Natural Salto Tabaquillo.


LLegada a Pueblo Escondido
La segunda jornada se inicia bien temprano. Luego del desayuno y de cargar las bicicletas en el vehículo de apoyo, es tiempo de recorre las avenidas del Sol y de los Césares, rumbo al Filo de las Sierras (límite entre San Luis y Córdoba).

Al pasar por el arroyo El Molino el motor de la combi que traslada a los expedicionarios "siente" el esfuerzo. Se hace un alto en el camino en el mirador del Sol para obtener una foto panorámica de la villa. El ascenso finaliza donde también culmina la ruta asfaltada.

Entonces llega el momento del esperado descenso en bicicleta hasta el cerro Aspero y Pueblo Escondido, travesía que también puede realizarse en un trekking de 3 horas.

El camino presenta piedras sueltas, lo que dificulta el tránsito y obliga a los ciclistas a caminar con sus mountain bike. Por momentos los rodados deben cargarse sobre hombros y espaldas.

Luego de 3 horas de ardua travesía se divisa el cerro Aspero y un poco más adelante la impresionante quebrada donde descansan las construcciones de Pueblo Escondido, asentamiento que pertenece a la provincia de Córdoba.

Pueblo Escondido fue un caserío que albergó hasta finales de la década del 60 a los trabajadores de las minas de tungsteno o wolfram del cerro Aspero. Luego del cierre de las mismas, el lugar fue abandonado.

Hace unos años se inició la tarea de recuperar una parte del pueblo con la intención de recibir a los aventureros. Aquí se pueden explorar las ruinas del antiguo caserío, la planta procesadora, las galerías que se abren paso al interior de las montañas, el camino de caracoles utilizado para el descenso del mineral y la quebrada donde se unen tres ríos de montaña.

Luego de un intenso día al aire libre el grupo se reúne a cenar alrededor del hogar a leña y la sobremesa sirve para compartir atrapantes historias que tienen como protagonistas a los antiguos trabajadores de la mina.

En la tercera jornada, los rayos del sol aún no alcanzan las profundidades de la quebrada y los ciclistas se alistan para regresar. En fila india el grupo cruza el puente colgante sobre el río y comienza la ascensión rumbo al puesto del poblador serrano Tono Albornoz. Este tramo es el más duro de todo el recorrido, ya que se camina más de lo que se pedalea.

Al llegar al filo se inicia un vertiginoso descenso de 10 kilómetros y 700 metros de desnivel. Luego del tobogán los ciclistas detendrán la marcha en la Villa de Merlo.

La mina de tungnsteno se encuentra en Córdoba.