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 domingo, 09 de mayo de 2004

Poesía: Luz verde a la nueva generación
Nuevos poetas de Rosario consiguieron exponer sus trabajos gracias a una antología presentada durante todo el año pasado y editada por Los Lanzallamas

Mercedes Gómez de la Cruz

Durante el año 2003, cada mes, desde junio hasta diciembre, se presentaron en Rosario los quince títulos de la colección de poesía Camalote, a través del sello editorial Los Lanzallamas. Sustentada de manera cooperativa, esta iniciativa surgió a partir de la aparición de la antología "Los que siguen - Veintiún poetas rosarinos", publicada por el mismo sello en septiembre del año 2002, con prólogo de Beatriz Vignoli. En ella se agrupan poetas de las más recientes generaciones literarias de nuestra ciudad, a pesar de las diferencias de edades y poéticas.

Al decir de su impulsor, el poeta Lisandro González, dicha antología es fundamentalmente un gesto que busca establecer un parentesco con las generaciones anteriores de poetas de nuestra ciudad, en particular con la que se reunía en torno a las revistas "El lagrimal trifurca", "La Cachimba" y "Setecientosmonos", a fines de los años sesenta y principios de los setenta. En aquel entonces, estos poetas se agruparon en la antología "Poesía viva de Rosario", en 1976. Allí aparecen textos de Jorge Isaías, Francisco Gandolfo, Eduardo D'Anna, Hugo Diz, Sergio Kern, Orlando Calgaro, Willy Harvey y Rubén Sevlever, por citar sólo algunos de los nombres emblemáticos de aquel grupo, muchos de los cuales hoy pueden ser considerados como ineludibles en cualquier historia de la literatura de nuestra provincia e incluso de nuestro país.

"Los que siguen" es el nombre de un tango que Omar Torres compuso a modo de homenaje para aquellos que persisten en su trabajo artístico desde su lugar de origen. Si bien no podría hablarse de la conformación de un grupo literario, la reunión de estos poetas actuales en dicho volumen hizo que se generara entre ellos un vínculo lo suficientemente estrecho como para embarcarse en la concreción de un proyecto editorial cooperativo en torno al preexistente sello Los Lanzallamas, de Abelardo Núñez.


POR LA CIUDAD
A lo largo de los últimos seis meses del año pasado, fueron presentándose en distintos puntos de nuestra ciudad los títulos que integran la colección Camalote. El orden de aparición de los mismos fue establecido por sorteo. Lo destacable de este acontecimiento es que pocas veces se ha concretado en forma completa un proyecto de estas características en el medio literario de Rosario. Sin embargo, aún cuando exista entre muchos de sus integrantes algo que podría denominarse como una conciencia generacional, no existe una voluntad de constituirse como grupo, sino que se trata de una suma de individualidades, de búsquedas creativas particulares.

Muchos de estos autores han publicado su primer libro de poemas en dicha colección, tal es el caso de Adriana Borga ("Animalidad humana"), Pablo Crash Solomonoff ("Fiestas a lo lejos"), Hernán Tomaíno ("El hondo permanecer"), Juan Mildenberger ("Un tajo en el agua"), Mercedes Gómez de la Cruz ("Lo que huye"), Mariana Busso ("Cubos de papel") y Alicia Salinas ("La sumergida"). Otros, en cambio, ya tienen poemarios editados, como Miguel Culaciati ("Tierra prometida"), Fabricio Simeoni ("Calambre de los descensos"), Abelardo Núñez ("Jardín primitivo"), Marcelo Cutró ("Santa Isabel"), Patricio Raffo ("Dios hembra") y Ricardo Guiamet ("Nada de eso").

Este último autor participa también en "Ese agua cruda", título que comparte con Fernando Marquínez, Patricio Valverde y Roberto Lobos, perteneciente a la misma colección, pero que tiene la particularidad de no ser una mera reunión de autores sino que se trata de una creación colectiva a partir de la temática del agua. Allí cada uno de los poetas aparece como autor de una suerte de capítulo del recorrido del cauce del agua, mientras que el texto de apertura del volumen, tanto como el que lo cierra, fueron escritos en forma conjunta.


JUNTOS Y MEZCLADOS
Por su parte, Marcelo Juan Valenti y Susana Rozas escribieron juntos el libro "Caballo bifronte", poemario creado íntegramente por ambos, es decir, en él no aparecen marcas ni indicaciones referidas a cuál de los autores escribió qué poemas o fragmentos que componen el libro.

Todos estos autores se encuentran en etapas creativas muy diferentes entre sí. Algunos están dando sus primerísimos pasos, como Mariana Busso, quien además integra el Colectivo Eveling. Otros, si bien han publicado su primer libro, llevan muchos años de trabajo en la palabra, tal es el caso de Adriana Borga, quien ya tiene preparado al menos un nuevo libro y también lo es el caso de Pablo Crash Solomonoff quien reunió, en "Fiestas a lo lejos", textos de diversos poemarios que se fueron gestando a lo largo de más de diez años de escritura. En cambio, otros completaron una nueva etapa en su camino creativo, como Patricio Raffo, quien actualmente está realizando performances poéticas. Algunos, como los ya citados Marcelo J. Valenti y Susana Rozas, se encuentran experimentando nuevas formas de construcción expresiva, poniendo en cuestión el concepto clásico de la subjetividad que, supuestamente, implica toda creación poética.

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