| domingo, 09 de mayo de 2004 | Armonía con la naturaleza: Otoño sin tensiones Parte de la cultura china tiende a interpretar los fenómenos fisiológicos a través de un sentido de unidad y a relacionar el cuerpo con el medio ambiente. Eso hace que en prácticas corporales como el tai chi chuan se tengan muy en cuenta los ciclos físicos y emocionales dentro de las diferentes estaciones del año para que el entrenamiento sea más efectivo.
El otoño es considerada una etapa de transición que nos aleja del verano y nos acerca a la puerta de los próximos fríos invernales, con protagonismo de días nublados, disminución de luz ambiental, cambios bruscos de temperatura y el viento como uno de sus actores principales. Lo consideran una estación para almacenar energía y conectarse con el espacio interno propio.
Calor corporal
La vitalidad y la energía para los chinos se manifiesta en distintas áreas del ser humano: físico, mental y emocional. En cada una existen y conviven comportamientos que pueden proporcionarnos vitalidad junto a otras que producen desgaste. Es por eso que en opinión de distintos maestros chinos, se debe tener en cuenta para este período y por la proximidad con el invierno, de que toda práctica y entrenamiento debe ser una invitación para lograr calor corporal, utilizando buena respiración y ejercicios de movimientos que refuercen la energía y fortalezcan el sistema inmunológico.
Buena respiración
A través de la práctica de la buena respiración producimos energía corporal. El control de entrada y salida del oxígeno hace que la inspiración energice y la exhalación limpie y desintoxique, transformándose en determinante para la cualidad, la calidad y el fluir de energía a través del organismo, reforzando las reservas del cuerpo y permitiendo una verdadera higiene sobre nuestro sistema celular, ya que regula el sudor, la humectación de la piel y la resistencia a los factores climáticos. Un manejo consciente de la respiración puede permitirnos un mejor control del cuerpo y la mente, eliminando ansiedades y reduciendo tensiones.
Los ejercicios de movimientos aconsejan realizarlos a distintos ritmos de velocidad (lento, regular y rápido). Todo esto buscará producir aumento de energía, dinamismo corporal y ampliación de la capacidad respiratoria, ya que los órganos que tienen preponderancia para la medicina tradicional china en otoño son los pulmones y el intestino grueso, que deben ser estimulados para tener un buen trabajo respiratorio y para evitar problemas de constipación digestiva.
La idea de mover el cuerpo a diferentes velocidades en esta etapa otoñal también ayudará a armonizar nuestras emociones, porque los chinos asocian al otoño con sus días grises y hojas amarillas, a la melancolía y tristeza como estados que pueden acercarnos a umbrales depresivos.
Automasaje, meditación y ejercicios de concentración son otros de los complementos para estar en armonía con la naturaleza y evitar desarreglos que afecten la salud.
Se sugiere la observación de aguas tranquilas, ya sea contemplando en silencio un río o un lago en el atardecer, como ejercicio que estimule hacia la serenidad, el aquietamiento de las emociones y permita el descanso para la recuperación del dinamismo diario.
Son momentos para cuidar el cuerpo, limpiar la mente y despertar conciencia buscando la claridad que nos permita sentir lo que queremos realmente, desprendiéndonos de lo que nos molesta o perturbe, al igual que hacen los árboles con sus hojas viejas, preparándose para la renovación.
Todo este trabajo será la base sólida para el reencuentro con nuestras propias fuentes de energía que tendrán su máxima expresión en la estación de las flores, los pájaros y la calidez del sol que nos regala la primavera.
A nivel nutricional es conveniente evitar alimentos que dejen fuertes residuos, produzcan pesadas digestiones y un trabajo intestinal complicado. Es un momento ideal para aumentar el consumo de fibras.
Pensamientos positivos
En lo personal debemos aprovechar para soltar tensiones musculares y psíquicas, evitar el exceso de sedentarismo, típico de esta época, ya que la inercia puede llevar al desgano y puede producir un leve cansancio crónico que nos inmovilice en todo sentido.
En lo mental se aconseja silenciar pensamientos negativos y autolimitantes, reducir críticas, quejas y temores porque nos bloquean y nos contraen, impidiendo el libre flujo de energía que necesitamos para estar abiertos y flexibles ante las cosas que nos sucedan.
Tratarnos bien es la consigna, dejando espacio libre a pensamientos que estimulen el entusiasmo y abran el corazón, evitando depender del exterior para cambiar los estados de ánimo. El otoño llegó para que sepamos rearmar nuestras energías y fortalezas en función de una vida más armónica con la naturaleza.
Daniel Capello
Instructor de tai chi chuan
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