| domingo, 09 de mayo de 2004 | Bases de maquillaje: Segunda piel El secreto de las bases de maquillaje radica en los innovadores componentes que optimizan el acabado final y cuidan la piel comportándose como un cosmético de tratamiento: un sencillo producto que consigue fusionarse de tal forma que se convierte en una segunda piel. Algunos de estos ingredientes y sus revolucionarias funciones son:
* Pigmentos fotocrómicos: actúan como difusores de la luz y logran la ilusión de un rostro luminoso, terso con aspecto aterciopelado. Dominar así la luz ayuda a suavizar los rasgos y proporciona luminosidad.
* Pigmentos tensoactivos: garantizan la estabilidad del color hasta en climas húmedos.
* Siliconas: hacen que el maquillaje se deslice por la superficie fácilmente, que no se cuartée y quede atrapado en las arrugas y en las líneas de expresión. El cóctel de siliconas volátiles permite regular la cobertura desde un acabado natural, más apropiado para el día o cutis muy jóvenes, a una mayor cobertura, indicada para la luz artificial y las pieles maduras.
* Microesponjas: contribuyen a impedir que la piel brille, sobre todo en las zonas propensas como frente, nariz y barbilla.
* Antioxidantes: con efecto antiedad, como las vitaminas A y la E, previenen el deterioro que produce la liberación constante de los radicales libres a causa de la contaminación, el humo, las calefacciones o los aparatos de aire acondicionado.
* Extractos botánicos: tanto el azuleno que contienen las hojas de la manzanilla y la mielenrama tienen efectos antiinflamatorios y calmantes. También se extraen sustancias del arbusto denominado hamamelis, cuyas hojas y cortezas contienen taninos, resinas, ceras y aceites esenciales de efecto astringente, que cierra los poros y dejan la piel lisa y suave.
* Filtros solares: protegen de la acción de los rayos UVA y los UVB.
A pesar del gran poder de adaptación es muy importante seleccionar la base de maquillaje con la textura adecuada a cada tipo de cutis e, incluso, a cada zona diferente del rostro.
* Espuma: es un fluido ligero que se transforma en espuma por medio de un propulsor (que en cierta forma dificulta el control de la dosis). Es la más ligera y la que da un aspecto más transparente. Recomendada para pieles jóvenes o las que no tienen mucho que ocultar.
* Fluido: fórmula más corriente y la más apreciada por las mujeres por su facilidad de aplicación. Es la más indicada para pieles de normales a mixtas.
* Crema: es la versión más rica y untuosa. De todas es la que tiene más propiedades tratantes. Recomendada para pieles de normales a secas.
* Crema compacta: formulada con una mezcla de alcoholes grasos, aceites, ceras fundidas no emulsionadas y gran proporción de pigmentos colorantes. Se presenta en barra o en pasta y su tacto es sólido y cremoso. Recomendada para pieles con imperfecciones, maduras y secas.
* Polvo compacto: pasta sólida sin agua, que da como resultado una textura mitad polvo mitad crema y un efecto empolvado suave y ligero. Recomendada para pieles de mixtas a grasas.
* Polvos sueltos: suaves y ligeros, son idóneos para las más jóvenes.
Tan importante como adaptar la textura al tipo de piel es dar con el color idóneo. Así, a la piel oscura le van los tonos chocolate. Cualquier otra tonalidad que incluya pigmentos rosados le dará un aspecto artificial. Las más pálidas encuentran el equilibrio en los tonos beiges. Las medias, en los beiges profundos y en las gamas tostadas. Las mujeres de piel cetrina necesitan tonalidades con una base amarilla. enviar nota por e-mail | | |