| domingo, 09 de mayo de 2004 | El peor sordo es el que no quiere oír En diversas oportunidades hice notar la desidia existente en la limpieza de las bocas de tormenta. Se debe designar un equipo móvil de limpieza periódica de las mismas ya que cualquier lluviecita convierte a las esquinas en un lago, con los inconvenientes para la población que sufre semejante desidia. Sería un buen ejercicio que el personal directivo de la Municipalidad recorra caminando los laguitos que se forman después de las lluvias para sentir en carne propia el problema porque dentro de los autos no se visualiza y por ende no se piensa en como solucionarlos. Recuerden que es el pueblo el que los ha votado para que solucionen los problemas de los habitantes comunes y que si solamente se ocupan de hablar y no de hacer, el resultado será que no serán vueltos a votar. Los oídos tienen que escuchar el clamor del pueblo descontento.
DNI 2.438.651
enviar nota por e-mail | | |