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 domingo, 02 de mayo de 2004

Rusia: Las dos capitales
Recorrido por las calles, palacios y museos de Moscú y San Petersburgo

María Lourdes Bertozzi

Rusia es una federación integrada por 89 regiones y dos ciudades de importancia federal: Moscú y San Petersburgo, que gozan de igualdad de derechos.

La primera mención escrita de Moscú data del año 1147. A fines del siglo XI era una villa habitada en su centro por señores feudales y en las afueras, por artesanos y mercaderes. Su desarrollo se debe a la ventajosa situación geográfica en el cruce de rutas comerciales y en el corazón de las tierras eslavas. A partir de mediados del siglo XIII se convirtió en el centro de un principado independiente y a finales del siglo XV llegó a ser la capital del estado ruso centralizado.

En 1712, Pedro el Grande trasladó la capital a San Petersburgo, no obstante durante siglos conservó su significado como importantísimo centro político cultural. En 1918 la ciudad fue nuevamente capital de Rusia.

Moscú es famosa por sus monumentos históricos y arquitectónicos. El corazón de la capital es el antiguo Kremlin, que se ubica en la cima de una colina sobre el río Moscova. Uno de los sitios más atractivos para visitar es la zona más antigua de la ciudad, El Kremlin. Aquí se encuentran los únicos monumentos de la arquitectura rusa antigua: las catedrales de la Asunción (siglo XV), de la Anunciación y de San Miguel Arcángel (siglo XVI). Además están los famosos Cañón de Zar y la Campana de la Zarina. Son dos los museos que despiertan el mayor interés: la Armería, tesorería de los zares, y el Fondo de Diamantes.

Tras la muralla occidental del Kremlin se encuentra el otro conjunto emblemático de la ciudad y del país, la hermosa Plaza Roja. El lugar, con casi 75.000 metros cuadrados, se considera uno de los conjuntos más bellos del mundo. Los edificios de los museos, las murallas y construcciones del Kremlin y especialmente la iglesia de San Basilio son el orgullo de los moscovitas y la admiración de los visitantes.


Peatonal cultural
Para comprender el alma de Moscú se debe visitar la calle peatonal Rabat, la preferida de los moscovitas. Allí cada edificio es la propia historia. En uno de sus primeros palacetes vivió Pushkin. Es una exposición permanente al aire libre, donde se venden libros, artículos de maestros populares de artes aplicadas y decorativas, óleos y miniaturas de talentosos jóvenes pintores.

Otro punto atractivo para visitar es el Museo-Panorama "Batalla de Borodino", creado por el pintor F. Rubo e inaugurado en 1912 con motivo del centésimo aniversario de esa contienda. La muestra principal del museo es el lienzo de 115 metros de largo por 15 de alto, donde el pintor representa el momento decisivo de la batalla, ocurrió el 7 de septiembre de 1812, con las tropas de Napoleón.

El Museo Nacional de Rusia es la Galería Tretiakov, que actualmente cuenta con más de 100 mil muestras, dispone de una colección única por su significación y volumen de pintura de íconos, así como esculturas mundialmente conocidas.

Al sur de la capital, en la ribera alta del río Moscova, se extiende el museo-finca de Kolomenskoye. A lo largo de los siglos sirvió de residencia de verano de los zares. Allí nació y vivió sus primeros años Pedro el Grande. La edificación más antigua es el templo de la Ascensión, construido en 1532 en memoria del nacimiento del futuro zar Iván el Terrible.


San Petersburgo, la ciudad nueva
Pedro el Grande, fundador de la ciudad, colocó el 16 de mayo de 1703, en la isla de Zayachi, en el delta del río Neva, la primera piedra de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, donde se inició la historia de San Petersburgo. En 1712 llegó a ser la capital del estado ruso, centro de la vida política, cultural e intelectual. Los más prestigiosos arquitectos, escultores y pintores se reunieron para darle un aspecto singular con anchas plazas, avenidas, lujosos palacios de la aristocracia, soberbias catedrales y edificios administrativos.


Palacio de invierno
Entre los lugares de interés para visitar se encuentra uno de los museos más grandes del mundo: El Hermitage-El Palacio de Invierno. Fundado en 1764, cuenta con una colección de obras de arte de más de 2.7 millones. Está abierto a los visitantes que recorren la escalera de Embajadores y las salas de gala, la grande de Mariscales de Campo, la de Pedro o Pequeña sala de Tronos, la de los Escudos, el Comedor Verde, la sala de Malaquita y el Tocador.

Situada en la isla de Zayachi se encuentra la Fortaleza de Pedro y Pablo, escogida por Pedro el Grande para construir en mayo de 1703 la fortificación militar ante los ataques del ejército sueco. La fortaleza cuenta con seis murallas con una altura de 12 metros y seis bastiones.

Ubicada a 29 kilómetros de San Petersburgo, la antigua residencia de verano de los zares Petrodvorets (Peterhof), es quizás la más importante y espectacular, con un parque colgante y fuentes. A 27 kilómetros se encuentra el palacio de Pushkin (Tsarkoe Selo), construido para Catalina I, donde se destacan la escalinata de honor y la sala Blanca.

Allí también se puede visitar la última residencia de los zares, el Pavlovsk, cuya construcción fue dispuesta por Catalina la Grande y obsequiada a su hijo Pablo I para celebrar el nacimiento de su nieto. Si bien no tiene la majestuosidad de los otros palacios, es un conjunto arquitectónico de sencillez, rodeado de uno de los parques de estilo inglés de mayor extensión.

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