| domingo, 02 de mayo de 2004 | "Che doctor, a mi ranchito se lo llevó el agua" Las imágenes son imborrables, afirman los médicos rosarinos que asistieron en el desastre hídrico. "Una mujer llegó corriendo porque una vecina le había dicho que habían encontrado a su perro. Fue conmovedor verla llorar, se aferraba a un afecto. Ese es uno de los tantísimos ejemplos del sentido de pertenencia que vimos en la gente en Santa Fe", afirmó el director del Sies, Jorge Stettler.
En relación a ese sentido de pertenencia, Juan Carlos Ciarrocca, médico coordinador del Sies, acotó que una tarde en el centro de evacuados del Banco Provincia "una nena -Mara- me dijo: «Che doctor, a mi ranchito se lo llevó el agua, pero mi ranchito tenía un poco de ladrillo», como aclarando que no era uno más, que estaba mejorado. Cosas así pequeñas, pero repetidas por muchas caritas sufrientes, me marcaron a fuego hace un año".
"Por lo general el hombre adulto estaba en silencio, como petrificado, el único gesto de actividad eran las lágrimas. Mirando a la nada, a lo lejos hacia donde tenía su hogar", analiza hoy Stettler.
Hace un año, la contención fue una medicina de igual valor que un antibiótico, la insulina o una vacuna. El grupo de 150 personas del Sies cumplió las dos tareas, la médica y la humanitaria, e incluso algunos de los profesionales y colaboradores del equipo requirieron también de apoyo psicológico para ellos mismos debido a la gran exigencia emotiva que vivieron. enviar nota por e-mail | | |