| domingo, 02 de mayo de 2004 | Bioautodefensa: Control físico A nadie actualmente se le escapa la realidad de los actos de violencia y las agresiones que sufren las mujeres. Basta mirar cualquier medio de comunicación para ver los dramáticos actos a los que se ven sometidas, maltratos domésticos, violaciones, raptos, abusos sexuales en niñas, exhibicionistas, delitos contra la propiedad.
El hombre creador y señor de una sociedad androcéntrica ha situado a la mujer como un elemento más bajo y busca ejercer su control y dominio. En esas circunstancias y con esas consideraciones es cuando encontramos una explicación al maltrato, a las agresiones sexuales y al acoso. En todas ellas el hombre parte de una posición de poder frente a la mujer. Cuanto más poder y control crea tener el hombre más libertad y seguridad sentirá para llevar a cabo la agresión. Por el contrario, cuando el contexto o la situación no le es tan favorable, deberá recurrir a medios especialmente violentos para conseguir la sumisión de la mujer.
Sorprende cómo al contrario que en otros delitos graves en los que el sospechoso siempre niega los hechos, en estos los reconoce con naturalidad, pero afirmando que hubo consentimiento por parte de la víctima que queda herida en su cuerpo y en su alma.
Si bien es cierto que las mujeres van conquistando cada día más independencia, que muchas no dependen económicamente de nadie, que otras sacan adelante a sus hijos solas, y poco a poco van escalando peldaños en los puestos de más responsabilidad, poco ha avanzado la mujer moderna en cuanto a su propia defensa ante las agresiones de todo tipo. En su mayoría depende de otros para que la defiendan y la protejan.
Si la mujer quiere perder el miedo al tener que depender de padres, hermanos, maridos y novios para sentirse segura, tiene la obligación de prepararse física y mentalmente.
Aprendiendo bioautodefensa la mujer se conoce mejor a sí misma, comprendiendo sus límites y haciendo consciente que posee más capacidad de lucha de lo que creía. Esto no es más que el aprendizaje de un conjunto de técnicas que la ayudarán a defenderse en la vida diaria, y que si bien no las harán invulnerables ni impedirán que resulten dañadas, las ayudará a que sufran daños menos graves.
Preparación adecuada La preparación física es una parte muy importante en el aprendizaje de la bioautodefensa. Es muy importante conseguir una buena forma física para tener que hacer frente a una agresión, para huir con más garantías, para luchar con más vigor y para que el cuerpo esté más protegido. Una buena musculatura no sólo tiene una función estética, sino que nos ayuda a proteger los órganos vitales, aumenta la fuerza, potencia y velocidad.
La mujer no tiene por qué sentirse en inferioridad de condiciones respecto al hombre en cuanto a la defensa de su integridad, pues en última instancia esto no depende tanto de la fuerza como de la técnica y la actitud correcta. Estas prácticas buscadas en las artes marciales orientales las hace muy adecuadas para las mujeres, ya que se utilizan ejercicios de piernas y brazos, más fáciles de realizar.
También se aprenden formas de defensa que permiten esquivar golpes, pararlos, soltarse y defenderse en el suelo. En la bioautodefensa se combinan técnicas físicas y mentales. La inteligencia y la actitud adecuada permiten encontrar el punto débil del agresor y la determinación para atacar de forma eficaz. El control de las emociones como el miedo, el pánico y la ira descontrolada, utilizando técnicas de relajación y respiración ayudan también a conocer las propias posibilidades para la defensa.
Eduardo Colazo y Miguel Nasin
Instructores
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