| viernes, 30 de abril de 2004 | Condenan a un policía por un crimen pero no pueden hallarlo para detenerlo Por un caso de gatillo fácil le dieron 18 años de prisión. Fue en un juicio oral al cual llegó en libertad Buenos Aires.- Un policía que fue condenado ayer a 18 años de prisión por el crimen de un hombre en La Matanza, no pudo ser detenido porque, como llegó al juicio oral en libertad, no concurrió a la última jornada del debate y desapareció del domicilio que había aportado a la Justicia.
Se trata del suboficial principal de la policía bonaerense Ramón Olivera, quien no fue encontrado hasta anoche en su casa de la calle San José 2230, en la localidad de Aldo Bonzi, luego de que el tribunal ordenó su arresto tras condenarlo por el crimen de Daniel Alejandro Sosa, cometido el 2 de febrero de 2001.
El Tribunal Oral Criminal 3 de La Matanza ordenó además que se investigue si dos de los seis hijos del condenado, llamados Roque y David Olivera, también miembros de la bonaerense, tuvieron alguna participación en el hecho.
"Mi hijo fue una víctima inocente, lo único que pretendo ahora es que se haga Justicia, por eso no voy a parar hasta encontrar a este delincuente que tendría que estar preso", dijo Elsa Gómez, madre del muchacho asesinado, que siempre denunció el caso como de "gatillo fácil".
"Este hombre tiene casas en Misiones y nosotros tenemos miedo de que se haya fugado hacia esa provincia o que piense escapar del país. Para colmo, tres de sus hijos son policías bonaerenses y otro más está en la escuela de policía, por lo que estoy segura de que cuenta con protección de ellos", explicó la mujer.
Los familiares de Sosa estuvieron permanentemente acompañados por el coordinador de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense, Alberto Linares, quien afirmó que "esto no puede ocurrir, habría que preguntarse por qué se dejó que este hombre llegara en libertad al juicio".
El debate oral por el crimen de Sosa se llevó a cabo en los Tribunales de La Matanza. Allí había estado presente el suboficial principal Olivera durante las cinco jornadas en las que se extendió el debate, aunque había llegado a juicio oral en libertad, beneficiado por una Cámara de Apelaciones. Pero sorpresivamente ayer, cuando debía escuchar el veredicto y la eventual sentencia, el policía no se hizo presente en la sala de audiencias.
De todas formas se leyó el veredicto, en el cual los jueces acusaron a Olivera por el delito de homicidio simple y lo condenaron a 18 años de cárcel por el crimen de Sosa.
Así, el tribunal ordenó su inmediato arresto, por lo que una brigada policial salió en su búsqueda en su domicilio de la localidad de Aldo Bonzi, pero no encontraron a nadie. Luego, los policías se dirigieron a la casa de una de sus hijas, sobre la calle Darragueira de la misma localidad, pero tampoco lo hallaron.
"Nosotros vamos a estar permanentemente buscando a Olivera, no vamos a dejar que este hombre siga en libertad", dijo la madre del muchacho asesinado.
Durante los alegatos, la fiscalía había reclamado 23 años de cárcel para el policía al considerarlo autor del delito de homicidio simple, mientras que la querella pidió 24 al creer que se trató de un homicidio agravado por tratarse de un miembro de una fuerza de seguridad. En tanto, la defensa del imputado consideró que su cliente es inocente y pidió la absolución o que subsidiariamente sea condenado por exceso en la legítima defensa.
El hecho ocurrió el 2 de febrero de 2001 cuando Sosa regresaba a su casa en su auto y al pasar frente al domicilio del policía fue asesinado de tres balazos. Mientras la defensa del policía asegura que Olivera disparó porque Sosa quiso robarle, la fiscalía y la querella creen que ese día se originó una discusión, cuyos motivos no están claros, durante la cual el suboficial mató al joven, quien era padre de dos hijos. (Télam) enviar nota por e-mail | | Fotos | | La esposa de la víctima junto a su abogado y su suegro tras escuchar la sentencia. | | |