| viernes, 30 de abril de 2004 | Al presidente Néstor Kirchner Mi queja no es para su gobierno, porque lo que usted hizo en los nueve meses, no lo hicieron todos los gobiernos en 20 años. Mi queja es que a nosotros los jubilados lo que nos pagan es una lenta agonía, no nos alcanza para vivir, ni para morir, porque las dos cosas son caras. Más que jubilados somos desahuciados. Las generaciones anteriores, así como la nuestra, son las que con nuestro trabajo forjamos la Argentina, nos dan una limosna y los que se enriquecieron con el país y los curros son todos jubilados de privilegio, y los políticos después que terminaron su mandato siguen cobrando su dieta para siempre. ¿Cómo puede ser que un país fundido se dé ese lujo? Lo más indignante es que algunos tienen sueldos de 4, 6, 8 ó 10 mil pesos, eso es una bofetada al pueblo, para el que nunca hay presupuesto. Cavallo dijo que hay hijos que pueden ayudar a los padres, pero hay casos en que el padre con su magra jubilación tiene que socorrer al hijo que se quedó sin trabajo. Cuando el padre ayuda al hijo se ríen los dos, pero cuando el hijo tiene que ayudar al padre después de toda una vida, interiormente lloran los dos. A nosotros los jubilados no nos aumentan el sueldo, porque no molestamos a nadie, no somos piqueteros ni cortamos rutas. ¿Será por eso que nos llaman pasivos? Doctor Kirchner, su gobierno es el único que se está preocupando por los jubilados. Será justicia.
Eduardo Amalevi
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