La Madonna de barrio La Guardia

Piamonteses, sicilianos, lombardos, vénetos, abruzzeses y oriundos de otras regiones itálicas fundaron el barrio. Fueron los pioneros, alrededor de la tercera década del siglo anterior. Y se juntaron en derredor de la "Madonna de la Guardia". La virgen enclaustrada en el templo de Presidente Roca y avenida Uriburu. Rodeada de plátanos y de campo, un sulfatado valle sembrado de cardos violáceos y flores silvestres de manzanilla en noviembre. Por entonces en todo este contexto de extramuros era un acontecimiento la procesión del mes de agosto o de los primeros días de septiembre, que exaltaba el áureo divino de esta virgen portada por seis corpulentos fieles por las calles del barrio. La fe y el fervor eran multitudinarios, y en medio de la celebración y de la kermese se multiplicaban como las dádivas de los comerciantes y horticultores de la zona, obsequiándole montañas de objetos, joyas y dinero a "la madonnuza" para que los ampare en esta vida, que jamás dejó de ser lo que es... un enigmático sueño.

Felipe Demauro