El titular del socialismo se diferencia de la posición asumida por Binner

Giustiniani se inclina a favor de las internas abiertas y simultáneas

El senador le advirtió a Kirchner que es "imposible"ocupar la centroizquierda si no cambia de modelo

Javier Felcaro / La Capital

Rubén Giustiniani, titular del Partido Socialista (PS), se inclinó a favor de la realización de internas abiertas y simultáneas (aunque objetó su obligatoriedad) para que la ley de lemas "pase a ser historia", diferenciándose del ex intendente Hermes Binner, quien propuso que cada fuerza política elija candidatos "según sus formas".

Sin perder de vista la reforma constitucional impulsada por el gobernador Jorge Obeid, el senador nacional aprovechó para cuestionar la actitud del justicialismo frente a la controvertida norma electoral que rige en la provincia desde 1991. "Si hay voluntad de derogarla, mañana sus legisladores levantan la mano y listo", le dijo a La Capital.

Además, tras advertirle al presidente Néstor Kirchner que es "imposible" que su gobierno ocupe el lugar que le corresponde a la centroizquierda vernácula si mantiene el modelo socioeconómico, Giustiniani dio por cerrado el último y conflictivo capítulo de la interna partidaria: "El PS está unido y es claro en sus convicciones".

-¿No quedaron fisuras en el socialismo?

-El no haber triunfado en la provincia abrió un debate con distintas visiones, como ocurre en una organización política democrática. Llegamos a la gran coincidencia de poner arriba de la mesa las cosas que nos unen, convencidos de que, en un país donde la sociedad está ofuscada con los dirigentes porque los problemas sustanciales no se solucionaron, el saldo es de pérdida de credibilidad y legitimidad. Un proceso de disputa interna hubiese quedado sólo como una puja por cargos y no de concepciones políticas.

-Sí existió una discusión virulenta: Binner, tras la caída en las urnas, lo responsabilizó por el fallido acuerdo con el ARI.

-Creo que ese proceso fue necesario, pero lo considero concluido. Es fundamental el debate por venir: cómo reconstruir una fuerza alternativa de centroizquierda que genere una expectativa de cambio. Porque este es un gobierno de transición que tomó medidas positivas en los primeros tramos, aunque hay una continuidad en lo económico y social que implica que los sectores desprotegidos sigan estando muy mal.

-Después de tantos cortocircuitos, resultan paradójicas las coincidencias entre el PS y el ARI a la hora de hacer oposición.

-Claro que existen coincidencias. En la Cámara de Diputados hemos votado las leyes en forma conjunta y sin fisuras. Más allá de la imposibilidad de confluir en un encuentro como el que quisimos hacer en las últimas elecciones presidenciales, hay una visión de la Argentina con muchos puntos de trabajo en común.

-A Kirchner le duelen más los dardos lanzados desde la centroizquierda.

-Sí, porque este presidente tomó varios puntos de la agenda de la centroizquierda en el campo de la reforma judicial y la política de derechos humanos. Pero es imposible que el gobierno ocupe, en la medida en que continúe con este modelo económico y social, el espacio que le corresponde a la centroizquierda.

-Los socialistas rechazan la transversalidad, mientras sus fogoneros seducen todo el tiempo a Binner. ¿Temieron en algún momento su partida?

-No, nunca. Binner es un hombre del partido. Es positivo que nuestros dirigentes tengan prestigio nacional y que, desde ese punto de vista, sean valorados por algún gobierno. Aunque la política de Kirchner es como la aplicada en su momento por Raúl Alfonsín o Carlos Menem: ensanchar la base de sustentación. Menem lo hizo hacia la centroderecha y Kirchner lo intenta hacia la centroizquierda. Por eso apoyó a Aníbal Ibarra en la Capital Federal y sumó a Graciela Ocaña (Pami) a su gobierno. Pero el PS está unido y es claro en sus convicciones.

-La reforma constitucional llegó a Santa Fe, pero sin la derogación de la ley de lemas.

-Si no es a partir de su derogación lisa y llana, es imposible pensar en una reforma seria, además del establecimiento de un sistema proporcional en la Legislatura. La provincia no puede seguir teniendo elementos anacrónicos en su sistema político.

-Obeid salió a chicanear a la oposición con el caso Maciel, donde el PJ perdió por efectos de esta polémica norma.

-Lo ocurrido en Maciel demuestra que esta ley hace perder a quien saca más votos. Eso es lo perverso. Si en el peronismo hay voluntad de derogarla, mañana sus legisladores levantan la mano, porque tienen el número suficiente, y listo.

-De todos modos, el proyecto diseñado en la Casa Gris impulsa su sustitución por internas abiertas obligatorias.

-Avalamos las internas abiertas y simultáneas. Seguramente hoy saldrá del partido esa posición. Estamos dispuestos a que se trate de inmediato la iniciativa del Ejecutivo, aunque no coincidimos con la obligatoriedad. Pero lo principal es que la ley de lemas pase a ser historia.

-¿Le molestó que el gobernador le aconsejara al intendente Miguel Lifschitz auditar los números heredados en la Municipalidad?

-Obeid debe retomar lo que hizo en su primera gestión: tener la mejor relación con Rosario. Esto le otorgó gobernabilidad y, en muchos aspectos, un vínculo político necesario con la ciudad más importante de la provincia. Espero que pase lo mismo con Lifschitz, por el bien de todos.

-Según Binner, Obeid está deslegitimado.

-La ley de lemas deslegitima todo el sistema político. Es el tema de fondo a cambiar. Además, en Santa Fe hubo un compromiso público de todos los candidatos para derogarla.

"Si hay voluntad de derogar la laey de lemas, mañana levantan la mano y listo", dijo Giustiniani.