| miércoles, 28 de abril de 2004 | Lavagna cumplió dos años como jefe de Economía Cuando el 27 de abril del 2002 Roberto Lavagna asumió el Ministerio de Economía, pocas eran las expectativas de que este economista pudiera pilotear un barco en medio de la feroz tormenta de la salida de la convertibilidad, el default y el peligro de la hiperinflación.
"¿Qué medidas les voy a anunciar? Ninguna, la gente no cree en las palabras y esperará a ver los hechos para confiar en nosotros", fueron las palabras que Lavagna eligió para su primera presentación pública ante el periodismo, cuando le urgían medidas que proponían desde ajustes salvajes hasta romper con el FMI.
Con la calma y moderación que precede a todas sus presentaciones, que lo colocan en las antípodas de Domingo Cavallo, Lavagna comenzó a llevar adelante las negociaciones con todos los sectores: los bancos, el Fondo Monetario Internacional y los industriales, en un intento por "emprolijar" la economía.
Pero su visión no era, ni es, sólo la de administrar el caos: "Nosotros fuimos un país con ascenso social, con los problemas típicos de una nación mediana, en desarrollo, pero que crecía y daba oportunidades a la sociedad" dijo, con algo de nostalgia, en una conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Su perfil de "industrialista" con intervención del Estado, algo "pasado de moda" en los 90, comenzó a mediados de los 80 con Raúl Alfonsín y las bases del Mercosur, siguió con Eduardo Duhalde, y con el ahora presidente Néstor Kirchner.
Los commodities de aliados Tuvo a su favor en estos dos años de gestión un contexto de tasas bajas, con precios de commodities altos, que favorecieron a la Argentina, a lo que sumó la convicción para resistir hasta cierto punto las presiones de la banca y los organismos internacionales de crédito.
A medida que la Economía fue mejorando fue ganando capacidad de maniobra, especialmente ante el sector financiero, y afianzándose en sus políticas.
Desde el ámbito oficial se destaca que, en los últimos dos años, por él o con él, el Producto Bruto Interno (PBI) creció siete trimestres consecutivos, secuencia que no se producía desde 1997.
La inversión se recuperó fuerte a partir del último trimestre de 2002 tras una secuencia de ocho períodos consecutivos negativos y en los últimos meses, de acuerdo a la Universidad Torcuato Di Tella, el optimismo de los consumidores mejoró notablemente.
Para el debe, pese a las reducciones de los últimos meses la tasa de desocupación sigue siendo fenomenalmente elevada, 14,5 por ciento, con un 11,3 de sub-ocupados, y los niveles de pobreza siguen en torno al 50 por ciento.
Además, la renegociación de los contratos con las empresas privatizadas parece un tema que no tiene final, y la salida del default marcha a paso lento. enviar nota por e-mail | | |