Viena y su emperatriz más famosa

En el palacio imperial de Hofburg se inauguró el Museo Sissí, donde se exhiben objetos personales y fotografías

El Museo Sissí, dedicado a la famosa emperatriz cuya vida fue llevada al cine bajo el protagónico de Romy Schneider, se inauguró ayer en un apartado del palacio imperial Hofburg. Con este acontecimiento cultural se conmemoran los 150 años del enlace matrimonial de Elizabeth de Baviera, la popular Sissí, y el emperador Francisco José I.

El nuevo museo vienés muestra las múltiples facetas de la atractiva emperatriz, una mujer extraordinariamente inteligente que poco tuvo que ver con la imagen de dulce princesa que inmortalizó la pantalla grande.

En sus salas se pueden admirar objetos personales, como la bata, la sombrilla y los abanicos, así como el traje que llevó la última noche de soltera. También se reconstruyó el lujoso coche del tren imperial.

Según los organizadores, las dos grandes atracciones del museo son, por un lado, el famoso retrato de la emperatriz pintado en 1865 por Franz Xaver Winterhalter en el que está vestida de gala luciendo estrellas de diamantes en el pelo y, por otro, el apartamento privado de Sissí, reconstruido gracias a las antiguas fotografías conservadas en el palacio.


Casamiento real
El emperador Francisco José I y la princesa bávara Elisabeth se casaron el 24 de abril de 1854 en la iglesia vienesa de los Capuchinos, iluminada para la ocasión con 150.000 velas. Ellos eran primos y a pesar de que Sissí sólo tenía 16 años, compartió con su esposo -de 25 años cuando se celebró el enlace- las tareas de gobierno.

Curiosamente, Francisco José iba a contraer matrimonio con Helena, la hermana mayor de Sissí, pero el emperador quedó prendado de la belleza de la joven y decidió casarse con ella.

La residencia de la emperatriz durante los primeros años de su matrimonio fue Schonbrunn, el palacio de verano de los emperadores.

A la emperatriz le aburría la vida de la Corte y se escapaba para tomar aire puro y olvidarse de la vieja Viena. La isla griega de Corfú y Madeira fueron sus destinos favoritos, pero también viajó a Venecia, Biarritz, Londres o Mallorca, y dispuso de un yate al que llamó "Miramar".

Las últimas revelaciones publicadas sobre la vida de la emperatriz apuntan a que, además de ser una mujer profundamente romántica, Sissí se sentía obsesionada por mantener una figura casi perfecta para lo cual seguía severas dietas alimenticias y dormía habitualmente con compresas que le apretaban el vientre. Su peso se situaba habitualmente en torno a los 50 kilos: Sissí quería estar bella a toda costa e incluso este deseo fue aumentando tras sus primeros embarazos.

La emperatriz Sissí murió el 10 de septiembre de 1898 en Ginebra a la edad de 60 años. Un anarquista italiano que respondía al nombre de Luigi Luccheni acabó con su vida en un atentado.

Schonbrunn, el palacio de verano de los emperadores.