Para beber

Gabriela Gasparini

Sé que no todas las versiones son iguales porque en la época del uno a uno, cuando en las estaciones de servicio se vendían vinos importados yo había comprado una botella, pero en honor a la verdad por muy europea que fuera su cuna, ese recuerdo dista mucho de igualar mi última experiencia. En una reunión entre amigos decidimos regalarnos una versión argentina sin escatimar en el precio (y no voy a negarlo, era cara pero lo valía).

Buscando con qué compararla, qué imagen podría dar una idea cabal de su personalidad, sólo se me ocurrió Audrey Hepburn: esa especie de sofisticación cándida ( pueden pensar que me fui totalmente de cuadro, pero esperen).

Hablo de un buen ejemplar de Gewürztraminer. Gewürz en alemán quiere decir especia, y de hecho los jugos de esta uva emanan una aura exótica que muchos no soportan por demasiado tiempo alegando que tanto aroma los agobia, pero es como si el espectador se cansara de Audrey porque protagonizó "La princesa que quería vivir" y "Sabrina", dos historias almibaradas. Por el contrario se esperaba siempre su próximo trabajo para saber si allí se acababa su versatilidad, o si tenía otra traza para mostrar, y por último convengamos que sólo admirar su estampa y ese estilo tan particular dejaba un recuerdo imborrable aún en esos especímenes que se vanaglorian de la impermeabilidad de sus sentimientos.

Yo les aseguro que las copas degustadas esa noche produjeron en mí el mismo efecto. Sé que algunos van a protestar asegurando que la imagen elegida debería estar destinada, por ejemplo, a un ejemplar de Riesling, pero a mí no me importa lo que digan. Sigo.

Esta cepa tiene la particularidad de que sus granos son rosados lo que suele traducirse en líquidos de un amarillo dorado pronunciado. Otra característica es que una vez hecha vino, en nariz puede dar la impresión de un intenso dulzor y ya en boca resultar seco pero de baja acidez, bastante cuerpo y de una textura que podría decirse algo grasosa, además de poseer generalmente un interesante tenor alcohólico.

Tratando de encontrar un sabor particular más allá del acento puesto en su tenor especiado se pueden barajar frutas tales como el pomelo y el mango. Lo que es difícil de confundir es su aroma, por eso se afirma que es el mejor comienzo a la hora de iniciarse en la práctica de la cata. Para tener en cuenta son sus remembranzas a rosas. Por más que lo haya dicho mil veces es válido aclarar que todo cambia cuando el tratamiento de la uva no es el adecuado, en ese caso su tosquedad es patente.

Claro que su personalidad no se limita a lo enunciado, su versatilidad permite que los austríacos se inclinen por vinificarla dulce para acompañar postres y según dicen es un consorte sublime. Los gewürz más tradicionales se elaboran en la región de Alsacia donde son los grandes compañeros a la hora del foie gras, y una de las cuatro cepas permitidas para la producción de los Gran Cru; pero también encuentra un lugar privilegiado en Alemania en la zona de Palatinado, Hessia Renana y Baden, y en Austria y el norte de Italia de donde proviene la colita de su nombre ya que Tramin es un pueblo del Tirol italiano.

Esta vez no les puedo decir que vayan a las góndolas y busquen que hay para todos los bolsillos, esta vez les tengo que decir que ahorren.