| miércoles, 21 de abril de 2004 | Lucha intestina entre los "paras" Colombia: la guerra toca a la puerta del verdugo El jefe de los paramilitares huye luego de un intento de asesinato mientras negociaba su extradición a EEUU Bogotá. - Carlos Castaño, el jefe paramilitar que con su impronta de terror y muerte marcó la reciente historia de Colombia, huye hoy por las montañas, incomunicado, con una precaria escolta y sintiendo los pasos de un animal grande -sus propias milicias- que hasta hace poco dormía a sus pies. La suerte del que por décadas fuera considerado uno de los hombres más crueles y temerarios del país se asemeja hoy a la de sus víctimas.
No se entiende cómo Castaño, de 39 años, solicitado en extradición por EEUU y hasta hace poco cabeza visible de un ejército de unos 20.000 combatientes, terminó involucrado en semejante paradoja.
Lo cierto es que el drama para Castaño estalló el pasado viernes, cuando tres camionetas con hombres armados irrumpieron en su refugio, ubicado entre los departamentos de Antioquia y Córdoba (noroeste), para matarlo, según su esposa. "Su jefe de seguridad le avisa que vienen tres camionetas con hombres armados. Entonces la expresión de Carlos es: ¡Pilas (cuidado), muchachos, que esa gente viene a matarme! Carlos no espera y sale corriendo y en ese momento los hombres de las camionetas disparan y asesinan a los muchachos que estaban delante de él", relató su esposa, Kenia Gómez, al diario El Tiempo de Bogotá.
La esposa de Castaño y la bebé de 17 de meses de la pareja, que un día antes del atentado se reunieron con el jefe paramilitar, permanecen bajo la protección de las autoridades en un sitio no establecido. Desde su refugio, la mujer confirmó que en el ataque perdieron la vida seis escoltas de Castaño, cuyos cuerpos fueron trasladados por los agresores, mientras que tres lograron huir en compañía del jefe paramilitar.
Uno de los guardaespaldas, Jairo Vladimir Rojas (alias el "Vaca"), resultó herido en el ataque y, tras poner a salvo a su jefe, llegó en estado convaleciente al cuartel de policía del vecino municipio de Necoclí (Antioquia), de donde fue trasladado a un hospital cercano. El escolta le contó lo sucedido a las autoridades, aunque su testimonio y el de los familiares de Castaño no han podido esclarecer el misterio sobre el paradero del ex jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), involucradas desde hace nueve meses en un cuestionado proceso de paz.
"Creo que Carlos está refugiado, y no creo que tenga medios para comunicarse ni que yo pueda recibir un correo de él o una llamada telefónica", señaló su mujer. Sin embargo, un informante de alta credibilidad dijo que Castaño murió en el ataque, versión que ha sido rechazada por otros dirigentes paramilitares y por las propias autoridades.
Así, vivo, huyendo e incomunicado, el jefe paramilitar trata hoy de librarse de unos enemigos que serían sus propios compañeros de armas. "La variable más importante que se está manejando y que ya es de dominio público es el enfrentamiento que existe entre las facciones que integran la organización criminal de las AUC", señaló el vicefiscal Andrés Ramírez. El funcionario cree en una vendetta, producto del narcotráfico.
Cambio de vida Pero en los últimos meses Castaño había experimentado una serie de cambios que le hicieron marcar distancia de los paramilitares y, específicamente, de sus vínculos con el narcotráfico. Estimulado por el nacimiento de su hija, Castaño redujo su escolta, cambió el traje camuflado por atuendo de civil y, principalmente, arreció en sus críticas contra los sectores disidentes de las AUC que se rehusaron a negociar con el gobierno.
Hace quince días, el Bloque Central Bolívar -la facción con la que había sostenido enconados enfrentamientos- se unió a la mesa de negociaciones con el gobierno. "Desde entonces han crecido los rumores de que podría estar negociando su entrega a Estados Unidos. Y esa sería una razón que podrían tener quienes lo atacaron, tratando de evitar que suministre información que los comprometa", señaló El Tiempo.
Ciertos o no, los rumores sobre la suerte del jefe paramilitar más temido en Colombia incidirán seguramente en el futuro de un proceso de paz que, paradójicamente, arrastró la guerra a las puertas de Castaño. (DPA) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Un grupo de paramilitares ya no responde a Carlos Castaño. | | |