| miércoles, 21 de abril de 2004 | Una rabiosa luminosidad Para la crítica de rock, el nuevo álbum de David Byrne es la obra sin duda más inesperada de toda su carrera. Porque en "Grown Backwards" el lado más imaginativo del músico escocés navegó por derroteros que van del clasicismo formal e intelectual a la recuperación de la fórmula mágica que hizo grandes a su grupo, Talking Heads. El site de música allmusic.com, que le dio cuatro estrellitas al disco, señala que se trata de una obra de rabiosa luminosidad. Hay referencias a lo mejor de "Rei momo", "True Stories" y "Uh-ho", en detrimento de sus últimos trabajos, muchos más oscuros, difusos y a menudo sin brújula. La crítica coincide en que se trata de canciones de impacto infalible, de corta duración, de estructura armónica y melódica sencillísima y rítmica de canon popero. El disco, aparte de las arias ("Un di felice, eterea" de "La Traviata" y "Au fond du temple saint" de "Les pecheurs de perles") y el pop, bebe mucho del music hall, Cole Porter y Rogers & Hart.
En el libreto que acompaña a esta imprescindible obra de Byrne (que no incluye las letras de las canciones) se reconocen músicos de primera fila en el percusionista Mauro Refosco, el bajista de jazz John Patitucci, el acordeón de John Linnell o la voz invitada de Rufus Wainwright. enviar nota por e-mail | | |