| domingo, 18 de abril de 2004 | Cuentos. "La vida inmediata" Imágenes de un mundo opresivo Carlos Roberto Morán / La Capital En la mayoría de los relatos que componen "La vida inmediata", el nuevo libro de Roberto D. Barcellona (Rosario, 1946), la sensación que se tiene es que se está dentro de sueños, de situaciones ambiguas en las que prevalece la idea de la opresión, cuando no de la pesadilla kafkiana.
Un viaje o la visita a un pueblo, o a una biblioteca, el reencuentro con conocidos, pueden ser las puertas que se abren a esas situaciones de ambivalencia, de dificultad para reconocer el entorno, para sentirse pisando tierra firme, que viven los protagonistas de estos relatos que transcurren también en lugares inciertos en los que las formas tienden a difuminarse.
Ocho cuentos componen el volumen: En "El padre Estévez", Barcellona acude a la ironía y a un soterrado humor para develar lo que son de verdad las confesiones de las mujeres con el cura del pueblo; "Carpinteros" habla de los artesanos y de la persistencia en la tarea como forma de encontrar, aparentemente, la libertad;. "En el camino", busca reproducir en tono humorístico el habla y las costumbres de los sectores populares sin lograr eludir el exceso de estereotipo; "La citación", repite el esquema del absurdo kafkiano, en el que una cita en tribunales lleva al protagonista a imaginar crímenes nunca cometidos.
"La venganza del ladrón", otra muestra de humor, modifica los papeles de los protagonistas y transforma a una víctima en una suerte de impensado justiciero; "Un lugar extraño" supone para Juan, el protagonista, adentrarse en la pesadilla sin salida: "La vida inmediata" juega entre la realidad y un cuadro que se va plasmando en el desarrollo del relato; "La cena", es un segundo viaje para participar de una cena de camaradería y que está contada con abundancia de datos confusos, como se presentan los sueños; "La biblioteca de piedra" acude a lo fantástico y a la (excesiva) ambigüedad del enigma; "El reloj inmóvil", lleva al protagonista a otro viaje, en este caso a un pueblo donde todo resulta ominoso y sin salida.
De todos los cuentos, los que más nos han interesado son los dos últimos y el que da título al libro. Este por el buen juego que Barcellona establece entre la "realidad" y lo fantástico y en el que tiene fuerte incidencia la pintura de un cuadro que puede volverse cárcel para determinados personajes. En "La biblioteca de piedra", en el que se busca la sabiduría, el eje es el paso del tiempo y el encuentro con un nuevo Aleph borgiano. En "El reloj inmóvil" el Pueblo, quintaesenciado, devela su irreductible enemistad al extranjero, la imposibilidad del extraño para relacionarse y conocer.
Barcellona es en general eficaz en el cuento, a pesar de algunas reiteraciones temáticas, y es en lo elusivo, en aquello que se sugiere pero no se dice de manera explícita, donde se encuentra con su mejor voz. enviar nota por e-mail | | |