Central, entre el gran partido y el enorme desgaste

El equipo de Russo juega el clásico con ausencias notorias

Alejandro Cachari / Ovación

El acceso a una nueva instancia de la Copa Libertadores de América puede ser capitalizada por Central desde lo anímico esta tarde. Si ello se potencia con la efervescencia que genera jugar un clásico, al equipo de Russo no lo influirá la precaria forma física con la que llega al derby. Entiéndase por precaria forma física el desgaste que genera la seguidilla de partidos y la escasez de variantes dentro del plantel para alternar y no la preparación de los futbolistas. De hecho, si la plataforma forjada por Guillermo Cinquetti no fuera buena, las secuelas serían notorias.

Ese es uno de los ítems que los canallas sólo podrán comprobar con el correr de los minutos. Sobre todo si el estado del campo de juego todavía cuenta con algún recuerdo de las lluvias de la semana.


Mal de ausencias
El aspecto negativo está claramente instalado en las ausencias. Hernán Castellano, Horacio Carbonari, Germán Rivarola, Mariano Herrón y Mariano Messera son titulares y representan casi la mitad del equipo. Demasiada ventaja para un partido importante. A ello se le debe sumar la insegura condición física de Gustavo Barros Schelotto y Clarence Acuña. El Mellizo salió por precaución ante Estudiantes a los 3' del complemento y no llegó a los 20' del primero ante Olimpia. El chileno salió a los 40 minutos en La Plata y jugó infiltrado con los paraguayos. No obstante, fue una de las figuras del equipo.


Genera y desperdicia
Hasta aquí todas parecen pálidas, pero lo cierto es que Central conserva en su discontinuo juego de conjunto y en algunos aspectos abstractos del juego, sus principales argumentos.

Es un equipo capacitado para generar muchas situaciones de gol si sus intérpretes están inspirados. Claro que el toque final es uno de sus mayores déficits. Ante cualquier duda se puede chequear el partido con los guaraníes. Se podrá comprobar que existen muy pocos antecedentes de tantas situaciones de gol generadas y desperdiciadas en un mismo partido.


Maneja situaciones extremas
Quizás el tesoro auriazul esté arraigado bien adentro de cada uno de los jugadores. Es un equipo muy acostumbrado a jugar instancias importantes. Difícilmente lo supere el marco y desde que está Russo como entrenador convivió perfectamente con las situaciones límite. Requisito imprescindible para jugar un partido de tanta envergadura disminuido desde los nombres y las reservas físicas.

Si se trata sólo de su relación con la pelota, se debe consignar que no es un equipo seguro en defensa y que jamás pudo resolver la ausencia de Herrón en la mitad de la cancha, agujero negro que incide directamente en la endeblez de la última línea.

En el medio tiene su mayor fortaleza si la referencia está dirigida a la generación de juego. Y el resto ya fue escrito. Más allá de que Cámpora y Claudio González hayan ganado la pulseada entre los delanteros, está claro que no consigue dar con la efectividad que necesita un equipo con pretensiones.