El clásico. Los otros 4 a 0

Cozzoni y Medina recordaron dos goleadas históricas

Javier Parenti / Ovación

-¡Qué clásico aquel en el que les ganamos 4 a 0. Fue algo de lo que no me voy a olvidar nunca!

-¿Te acordás?

-Sí. ¿Pero de cuál hablás?

-¿Qué, hay otro que el jugado en Arroyito?

-No uno, dos. Ambos en cancha de Newell's. El primero fue en el 64 y lo ganó Central y el otro en el 91, cuando festejó la lepra.

Es así. Por lo general queda la última imagen, pero el clásico tiene una rica historia. Con sabores dulces y amargos para todos. Y si bien la prisa del hoy gana los primeros lugares, están los protagonistas que, en este caso, permiten traer lindos recuerdos.

Hoy lo hacen posible el auriazul Alejo Medina y el rojinegro Ariel Cozzoni, quienes jugaron aquellos partidos y se dieron el gran gusto de gritar goles.

"El fervor, el dejar todo por ganar, la bronca entre hinchas y el condimento que tienen todos los clásicos era el mismo que ahora, sólo que antes no había tanta prensa, tanta televisión y entonces muchos se olvidaron de aquellos partidos, pero eran bárbaros. Bien jugados y con grandes futbolistas en ambos equipos", remarcó Alejo Medina al empezar a hablar de aquel 4 a 0 del 26 de abril de 1964.

Y esto se demuestra con la contracara que pone en evidencia Ariel Cozzoni al decir que "justamente hace poco estuve viendo el video de aquel partido con mi hijo. Es uno de los pocos que tengo y por suerte el recuerdo es hermoso, por la victoria y por mis dos goles".

Claro, 40 años atrás no existían los videos. Sí hace 13 años, como acaba de cumplir aquel 4 a 0 de Newell's del 14 de abril de 1991.

"Como dijo mi hijo, en ese clásico ellos se fueron primero, porque después de mi gol la hinchada de Central hizo suspender el partido cinco minutos antes y además tengo el gran recuerdo de una anécdota que siempre cuento, porque Marcelo Bielsa ni bien vio que se armaba el lío me llamó para pedirme que le guarde la camiseta. Entonces, cuando se suspendió me la saqué y se la di a Panciroli para que se la diera al Loco", cuenta la Chancha.

Por su parte, Alejo destaca que aquel partido "fue el primero que jugaba Newell's después de haber ascendido por un decreto de la AFA, que también había beneficiado a clubes como Colón, donde fui a jugar al año siguiente logrando el ascenso a primera, y Quilmes. Pero ojo que igual tenían un gran equipo y nosotros no llegábamos de la mejor forma porque Menotti, Enrique Fernández y Bautista hicieron un planteo para que les renovaran el contrato con aumento. Pero estaba don Federico Flynn como presidente y no se los dio y los transfirió al Flaco a Racing, al Nene a River y el Tablón después arregló y se quedó".

"Entonces aparecieron jugadores que no iban a jugar, como Borgogno y Malleo, y justo ellos hicieron los otros tres goles", dice Alejo antes de contar que participó en las cuatro conquistas.

"El primero fue a los 2', pateo yo, la sacan en la línea y Malleo la empujó. El segundo fue un córner mío que cabeceó Borgogno y el cuarto un centro mío que Malleo tocó justo. Y el que marqué yo fue el tercero, tras una jugada que empezó el peruano Loayza y que seguí dándosela al Gitano Juárez, que pasó a dos y tiró el centro justo para que yo le diera un frentazo", ilustra al detalle el ex puntero izquierdo auriazul, que luego pasó por Colón, All Boys, Huracán y Junior de Barranquilla.

Pero la pelota cambia de frente y aparece en los pies de Cozzoni, como si fuera aquel "centro de Ruffini desde la izquierda al segundo palo que empujé tirándome con los pies hacia adelante en el gol del 2 a 0 (el primero fue de Pochettino)" o como en el cuarto, seis minutos después del gol de Garfagnoli, en un "pelotazo largo desde tres cuartos de cancha que bajé con el pecho y le di de zurda".

"Todavía me acuerdo que al otro día en la vereda de mi casa me habían escrito «Cozzoni ídolo», algo que te queda grabado porque cuando uno es hincha sabe bien de qué se trata disfrutar de ganar un clásico, jugarlo y hacer goles. Porque yo como hincha siempre quise comerlos vivos".

Así recordaron Alejo y Ariel aquellos dos clásicos. Uno de hace casi 40 años y otro que ya tiene 13. Más viejos que el más conocido del 23 de noviembre de 1997, pero que sin dudas forma parte de esta gran historia clásica de la ciudad.

La Chancha Cozzoni y Alejo Medina anotaron en esos clásicos.