| domingo, 18 de abril de 2004 | "La vida y todo lo demás", beneficios de la repetición Fernando Toloza / La Capital La novedad, si es que hay tal cosa en este filme de Woody Allen, es que el actor-director oficia de consejero de un joven. Los dos son escritores y los dos están, a pesar de su diferencia de edad, detrás del éxito. En el papel del consejero, Allen se ha dejado, como siempre, buenas frases, que, en resumen, suelen ser lo mejor de sus películas. Con ellas cosecha algunas sonrisas que matizan la repetición de un mismo esquema, como si Allen estuviese filmando la misma película desde hace siglos.
Como siempre, los actores (con excepción de Allen) cumplen buenas performances. Es un clásico. Incluso esta vez se animó a sacar a un actor de "American Pie" para ponerlo en uno de sus filmes. Quizá lo mejor sea la perseverancia de Allen, quien a pesar del mediano éxito de sus últimos años se mantiene fiel en su camino de un cine de pretensión europea en un medio que se ha quedado con las ganas de que el director realice una superproducción. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |