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 jueves, 15 de abril de 2004

Después del alta, el presidente ya descansa en la Quinta de Olivos
El jefe del Estado, quien sufrió una afección estomacal, irá retomando de a poco la agenda oficial

El presidente Néstor Kirchner fue dado de alta ayer del Hospital Regional de Río Gallegos, donde permaneció internado durante seis días por una afección estomacal. De inmediato, el jefe del Estado regresó a la Capital Federal junto a la primera dama, Cristina Fernández, para retomar sus actividades.

A bordo del Tango 01, Kirchner y su esposa arribaron a las 17.35 al Aeroparque Metropolitano. Allí los esperaban el vicepresidente, Daniel Scioli, y el secretario general, Oscar Parrilli. Luego se subieron al automóvil oficial que los llevó a la Quinta de Olivos, a pesar de que los aguardaba en pista el helicóptero Malvinas Argentinas.

La reserva con la que se manejó la información durante los días de internación de Kirchner continuó ayer: no hubo ningún tipo de precisión sobre la actividad oficial del patagónico en Olivos, donde seguirá su proceso de recuperación.

Pese al interés periodístico y a la gran cantidad de medios de comunicación que esperó la llegada del primer mandatario a la aeroestación porteña, no se suministró información alguna.

Tampoco se habilitó la sala de prensa de la quinta presidencial. Fuentes gubernamentales se limitaron a señalar que el santacruceño iba a continuar descansando sin desarrollar tareas durante lo que restaba de la jornada.

Kirchner, quien el martes se presentó ante la prensa por primera vez desde su internación, dejó a las 14.30 el centro asistencial, tras almorzar allí por recomendación médica.

El jefe del Estado salió junto a su esposa por una puerta lateral del hospital, donde los periodistas pudieron verlo y tomar imágenes. Pero no hizo una pausa para dialogar con ellos.

Durante el trayecto hasta el Aeropuerto Internacional de Río Gallegos, muchos automovilistas se detuvieron en la ruta, levantando el pulgar en señal de apoyo. Incluso algunos optaron por bajarse de sus vehículos con el objetivo de saludar a Kirchner.

Otros conductores se unieron al dispositivo de traslado, acompañándolo hasta la aeroestación, donde le dedicaron un aplauso antes de partir, pasadas las 14.45, a bordo del Tango 01 junto a la primera dama, su hijo Máximo y su médico personal, Luis Buonomo.

Llamativamente, Kirchner atravesó la pista del sector militar caminando, a pesar de que lo esperaba una ambulancia de la Policía Aeronáutica para trasladarlo hasta el avión.

En rigor, Buonomo ya había anticipado que el presidente dejaría el hospital "caminando" y que viajaría en auto hasta el aeropuerto, un trayecto de alrededor de tres kilómetros.

El primer mandatario recibió el alta médica después de seis días de internación a causa de una gastroduodenitis erosiva aguda con hemorragia, provocada por la ingesta de un antiinflamatorio prescripto por un tratamiento de conducto.

El martes, al romper el silencio frente a los periodistas, Kirchner había asegurado: "Estoy tomando determinaciones a pleno". Durante ese breve contacto con la prensa, su médico personal explicó que la evolución seguía siendo "satisfactoria y todos sus parámetros vitales normales".

En ese sentido, Buonomo también detalló el ingreso del jefe del Estado "en un período de convalecencia que le permitirá recuperar sus parámetros definitivos normales con el apoyo de nutrición y suplementos vitamínicos".

Kirchner comenzó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad hace exactamente una semana, cuando descansaba en su residencia de El Calafate, donde había planeado pasar una Semana Santa en paz.

Por recomendación de Buonomo, el presidente fue llevado ese día a una clínica, donde pasó la noche. Pero, a la mañana siguiente, lo derivaron al nosocomio de Río Gallegos.


Desdramatizando
Fernando Peliche, director del hospital que albergó a Kirchner, había adelantado ayer que el jefe del Estado recibiría el alta a las 10. Aunque, poco después, la hora fue postergada por razones que no se dieron a conocer.

Peliche insistió en que Kirchner fue afectado por una enfermedad "aguda", aunque, para restarle dramatismo, enfatizó: "Si uno pierde un volumen importante de sangre, en ese momento se pone muy mal. Pero es una cosa solucionable y con tres transfusiones el peligro pasa totalmente".

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Scioli le dio la bienvenida a Kirchner.

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