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 jueves, 15 de abril de 2004

VILLA CARLOS PAZ
Dos hermanos rosarinos golpeados por un policía en un boliche cordobés
Un patovica los sacó del local y junto a un agente les dieron una paliza. Después los detuvieron durante 10 horas

Eduardo Caniglia / La Capital

Sebastián y Nicolás Pérez son hermanos. Durante Semana Santa junto a sus padres viajaron a Villa Carlos Paz. Pero la estadía en esa ciudad no pudo resultar peor para los chicos. Fueron a bailar a un boliche y a partir de allí vivieron un calvario. Según denunciaron, un policía que cumplía servicio adicional y algunos patovicas los golpearon con brutalidad en la discoteca y después los arrestaron en forma ilegal. Estuvieron 10 horas en una seccional sin recibir atención médica y después se constató que uno de los pibes deberá ser operado por sufrir fractura del tabique nasal.

Sebastián, de 18 años, estudia abogacía, y Nicolás, de 17, ciencias económicas. Son hijos de una familia de clase media alta y su madre es abogada.

El miércoles pasado, los Pérez viajaron con otras tres familias a Villa Carlos Paz. La madrugada de domingo los hermanos decidieron concurrir junto a nueve amigos a Keops, un boliche ubicado en el ingreso a la ciudad serrana. Era la primera vez que asistían a esa discoteca y nunca imaginaron lo que deberían vivir a poco de ingresar allí. "Estábamos discutiendo con mi hermano por cuestiones personales, pero en ningún momento levantamos la voz. En ese momento vino un policía y nos pidió que nos retiremos", explicó Sebastián.

El pedido se convirtió en una orden. De nada valió que el muchacho le explicase que estaba hablando con su hermano. El uniformado impuso su autoridad en forma arbitraria y los dos chicos fueron sacados por la fuerza del boliche.

Entonces, uno de los cinco patovicas lo tomó de la nuca y lo arrastró unos 20 metros. Cuando ya estaba en el suelo boca arriba y no podía "respirar" porque el vigilador le aprisionaba el cuello, el policía lo esposó y "le pisó la frente". No fue el único tormento que debió padecer Sebastián. Enseguida tres puñetazos asestados por el uniformado dieron de lleno en su cara y lo dejaron al borde del nocaut además de provocarle un derrame en el ojo derecho.

Nicolás observaba la escena con impotencia y rogando a los agresores que no continuaran golpeando a su hermano. No sólo que su pedido fue desoído sino que, según lo denunciado por los chicos, él se fue la otra víctima de la golpiza. "El patovica le rompió a puñetazos un diente, el tabique nasal y le provocó una lesión en un ojo", comentó Sebastián.

A las 3.45 comenzó la otra parte de la historia. Los hermanos fueron conducidos a la comisaría a pesar de exhibir sus documentos en medio del hostigamiento de los patovicas y del policía.

En la seccional de Carlos Paz los hermanos Pérez fueron alojados con los presos comunes sin recibir atención médica a pesar de que Nicolás chorreaba sangre de la nariz. También resultó en vano su pedido para contactarse con sus padres. "Cuando mis amigos llegaron a la comisaría, les dijeron que le habían avisado a nuestros familiares, pero era mentira".

Después estuvieron frente al sumariante que debía tomarles declaración. Los chicos se paralizaron cuando vieron que era el mismo policía que los había atacado. Entonces no declararon. "Es un policía que tiene antecedentes por arbitrariedades como estas", señaló el padre de los chicos.

En los calabozos debieron tolerar las "risas burlonas" de los compañeros de celda y los ataques verbales de los policías. "Maricones. Ya se van a ver con los negritos de Córdoba", exclamaban los uniformados.

Después de permanecer diez horas incomunicados, los Pérez fueron liberados cuando ya habían arribado los padres. Para entonces había llegado el jefe de la comisaría, que se limitó a negar los apremios que sufrieron los chicos. "Les dijeron que yo me había raspado con las esposas y que no sabían lo que le había pasado a mi hermano", recordó.

A las dos de la tarde los hermanos estaban nuevamente en la calle. Después de que a Nicolás lo atendieran en el hospital municipal de Villa Carlos Paz de la fractura con desplazamiento del tabique nasal que sufrió, los Pérez radicaron la denuncia en la fiscalía de esa ciudad, a cargo de Gustavo Marchetti.

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Nicolás sufrió la fractura del tabique nasal y su hermano un derrame en un ojo.

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