| miércoles, 14 de abril de 2004 | Padre e hija se reencontraron después de más de veinte años La mujer, de 31 años, ubicó a su progenitor radicado en EEUU. Su madre quería impedir que se unieran Estela Nancy Paniagua y Omar Campos pusieron fin, el 5 de abril último, a una larga y angustiosa separación que duró más de 20 años. Estela es la hija de Omar, cuya esposa, María Inés, nunca permitió que el hombre reconociera a la niña, nacida de un fugaz relación.
El encuentro se concretó, después de una búsqueda de varios años que Estela había iniciado contando con el nombre de su padre y una foto de otra hija que él tenía en Chaco, y que le dejó el 2 de febrero de 1984, antes de irse a Estados Unidos.
"La última vez que lo ví tenía 11 años. Me entregó una foto de mi hermana Vilma Raquel Campos, que tuvo con otra pareja en el Chaco. Me dio unos datos de Estados Unidos, donde se iba, y me dijo que yo nunca los perdiera, pero mi mamá me los hizo desaparecer", dijo Estela.
La mujer, que vive en la ciudad bonaerense de Laferrere, está casada y tiene cuatro hijas, lleva el apellido de su padrastro, Juan Carlos Paniagua, porque "mi madre María Inés, quien había tenido una relación casual con mi padre, jamás le permitió que me reconociera, pero siempre supe de él", explicó.
"Yo ni siquiera sabía en qué pueblo del Chaco vivía mi hermana porque creí que el lugar se llamaba Blanquita, cuando en realidad se trataba de Margarita Belén, donde también viven mis tías, por eso la búsqueda fue muy difícil", explicó.
Intervino la Federal Con esos datos, Paniagua se acercó a la división de Búsqueda de Personas de la Policía Federal, que emprendió una investigación hasta dar con Vilma Raquel Campos, quien también estaba enterada de que tenía una hermana a la que no conocía.
Karina Ñamandú, integrante de esa división policial, explicó que "se hizo un seguimiento pormenorizado sobre la identidad de Campos con datos que cruzamos con la Ansés, la Cámara Nacional Electoral e Interpol, hasta dar con sus parientes chaqueños".
"Primero encontramos a una tía de Nancy y después a su hermana, y ellas nos dijeron que también la estaban buscando y querían conocerla, por lo cual rápidamente hicimos el contacto", dijo Ñamandú.
La primera conversación de Estela con su hermana fue el 28 de marzo último vía telefónica y fue ella quien se comunicó con el padre a Estados Unidos, para darle la noticia de que habían encontrado a su otra hija. "Para él y para mí fue un shock cuando hablamos primero por teléfono durante más de tres horas, y más aún cuando nos vimos en el departamento de mi hermana, en Resistencia, antes de viajar a la ciudad de Margarita Belén, donde se hizo una fiesta para recibirnos", relató.
La mujer agregó que "después de 20 años nos dijimos muchas cosas, en ningún momento dejamos de repetir cuánto nos queríamos y para mí verlo significó recuperar a mi verdadera familia, de lo que nunca había perdido las esperanzas".
Paniagua acotó que su padre "está físicamente como me lo imaginaba y es impresionante, porque tenemos los mismos gestos, nos sentamos igual y hasta coincidimos en muchísimas cosas". (Télam) enviar nota por e-mail | | Fotos | | Estela Paniagua tenía 11 años cuando vio por última vez a su padre. | | |