Falleció ayer el fotógrafo rosarino Carlos Saldi

"Tenía una inclaudicable pasión por la fotografía, pero sobre todo un espíritu vital, lleno de buen humor y curiosidad". Así recuerda Rafael Ielpi a su amigo Carlos Saldi, fallecido ayer víctima de una larga enfermedad. Sus restos serán sepultados hoy al mediodía en el cementerio El Salvador. Nacido en el barrio Saladillo, Saldi se convirtió en uno de los fotógrafos más premiados del país. En los primeros años de la década del 70 se radicó en Francia donde sus trabajos llegaron al diario "Le Monde", "L'Express" y la revista "Vogue", además de emprender relevamientos fotográficos para la Unesco en México y los Emiratos Arabes, y de trabajar junto al historietista Hugo Prats retratando escenarios para las aventuras del Corto Maltés.

Sin embargo, en la ciudad se lo recordará por su trayectoria como reportero gráfico. En 1968 comenzó a trabajar en la revista "Boom", cubriendo algunos de los acontecimientos memorables de ese período: el Rosariazo, "del que fuera uno de los pocos testigos cámara en mano", recordó ayer Ielpi.

Este material se expuso el año pasado en el Museo de la Memoria, entidad a la cual donó las copias de aquellas fotografías "salvadas casi de milagro", según reconoció en una entrevista con La Capital, ya que formaron parte del poco equipaje con el que partió en 1975 rumbo a Europa.

Saldi vivió en Boston, en Nueva York, en Barcelona, Milán, París y Venecia, pero sin embargo se reivindicaba "fanáticamente rosarino". A esta ciudad le dedicó el trabajo de sus últimos días: una gran exposición sobre la arquitectura de Rosario entre 1900 y 1930 que pensaba presentar en noviembre durante la realización del III Congreso Internacional de la Lengua Española.