| domingo, 14 de marzo de 2004 | Argentina será el cuarto país del mundo en tener un museo dedicado a Dalí Argentina entrará en el exquisito club de países que tienen un museo dedicado al catalán Salvador Dalí y que integran España, Inglaterra y Estados Unidos, por iniciativa de coleccionistas amantes de la obra de quien fue uno de los más grandes artistas plásticos del siglo XX.
"Estamos muy avanzados en la búsqueda de la sede que alojará los trabajos en forma permanente", dijo ayer Salvador Shanahan, curador de la muestra "Salvador Dalí 100 años 1904-2004", que se está presentando en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires.
En el Año Internacional Dalí con motivo del centenario de su nacimiento, la pasión en Argentina por el pintor y escultor nacido en la ciudad española de Figueras no es nueva, desde que en los años 80 pudo verse la formidable colección del capitán Peter Moore, quien fue uno de sus secretarios.
Otro de ellos, Enrique Sabater, fue quien vendió a coleccionistas argentinos las piezas en exhibición, unas 250 litografías originales, serigrafías, grabados, esculturas, platas y cerámicas.
Cálculos pesimistas señalan que unas 300.000 personas visitarán, hasta finales de agosto, la exposición en la Galería Pacífico, en plena calle Florida, la tradicional peatonal del comercio para turistas en la Capital Federal.
El espacio, no obstante, no parece ser el más apropiado por la pequeñez de la sala, carencia que logró ser disimulada por la originalidad y el humor de la puesta en escena, en un evidente intento por asociarla con el travieso espíritu daliniano.
Un caso emblemático está en el cuadro "Flores surrealistas", frente al cual los visitantes descubren un cartelito debajo que los obliga a inclinarse para leerlo. En el mismo momento en que los espectadores leen una leyenda según la cual "Ver estas flores es como olerlas", perciben un aroma floral que emite un sistema oculto detrás del marco.
Vivencias simpáticas de este tipo se repiten de distintas maneras en el resto de la exposición, donde se pueden descubrir apoyando la nariz contra un cristal los efectos tridimensionales de "Los Cristos de Gala" o mirar con lupa los minúsculos soldados que componen el cuerpo de un Quijote.
"Nos parece interesante trabajar para que un museo no se convierta en un mausoleo", dijo Shanahan.
El humor, la ironía y un egocentrismo ampuloso tiñeron la vida artística del catalán, a quien también se puede evocar por frases suyas según la cual "Picasso es un genio, yo también; Picasso es un gran artista, yo también; Picasso es comunista, yo tampoco".
La muestra recorre diversos períodos y estilos del catalán, con su paso por las técnicas y principios estéticos del impresionismo, del puntillismo, del noucentisme catalán, del neocubismo, de la pintura metafísica italiana e incluso de la poética cosmológica de Joan Miró. (AFP) enviar nota por e-mail | | |