Año CXXXVII Nº 48327
La Ciudad
Política
El Mundo
Opinión
Información Gral
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 13/03
Campo 13/03
Salud 10/03
Autos 10/03


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 14 de marzo de 2004

Rosario bajo la lupa del asesor de comunicación de Barcelona
Puig Picart: "Con todo respeto, me parece que van lento con el Congreso de la Lengua"
Sugirió más de una idea, expresó críticas y halagos. También dijo estar en favor de la autonomía municipal

Laura Vilche / La Capital

Toni Puig Picart no se queda corto en halagos cuando viene a la ciudad. Sostiene que Rosario es "vivible" y "amable", un lugar que "carece de fuertes desigualdades". Pero tampoco se priva de hacer críticas. "Van un poco lento con la organización del Congreso de la Lengua", señaló el asesor de comunicación del Ayuntamiento de Barcelona el miércoles pasado en diálogo con La Capital. Invitado por el Centro Cultural Parque de España, Puig Picart, fundador de la revista de vanguardia "Ajoblanco" en pleno franquismo, visitó una vez más la ciudad, donde dictó el seminario "Innovación y marketing para la cultura. Ciudad, museos y estrategias de última generación".

-¿Cree que Rosario está difundiendo bien el Congreso de la Lengua?

-Voy a decir algo con todo el cariño y respeto que tengo por esta ciudad: creo que van lento. Cuando hay un proyecto y el dinero para iniciarlo, hay que empezar a trabajar. Hay que ser amablemente maleducado con quienes dan vueltas, se reúnen para pedir permiso para todo y generan parálisis, analizan malinterpretaciones y se fijan en quién es amigo de éste o aquél. Hay que formar un equipo atrevido, audaz y muy transparente y decir: "Señores, este equipo trabaja, ustedes júzguennos por los resultados".

-Si el comité organizador del congreso le pidiera ideas, ¿qué propondría?

-Yo, encantado de dárselas. Les diría que preparen un año de lectura, lengua y libros con campañas de comunicación. Para nosotros en Barcelona, el año que viene será el del libro y la lectura en homenaje al aniversario de la publicación de El Quijote. ¿Por qué no podrían sumarse ustedes en este homenaje? El Congreso de la Lengua debe ser para Rosario el inicio de múltiples actividades.

-Sugiera algunas.

- Hay que tener en claro que la lengua sin libros no es nada. Entonces hay que trabajar con los ciudadanos para que se fascinen por ellos. Además, en todos los centros y museos de la ciudad debería haber exposiciones sobre la lengua y analizarse el tema en los medios, escuelas y universidades. También la discusión tendría que tener presencia en las fiestas y encuentros de la ciudad. ¿Por qué no hacer una muestra en el Castagnino sobre la lengua y lectura en el arte contemporáneo? ¿Por qué no una sobre cómo hablan las nuevas generaciones en ese museo que abrirán al lado del río? Les podrían encargar a la gente de Comunicación de la Universidad que haga un spot televisivo al respecto. Nosotros en Barcelona montamos un año 2002 sobre Gaudí, un 2003 en torno al diseño, un 2004 dedicado al Forum Universal de las Culturas, ya pensamos al 2005 como año del libro y al 2006 como el de Picasso. Hay que pensar a futuro e insisto, Rosario y Barcelona, por ejemplo, por ser parecidas, podrían trabajar juntas. No son capitales, nosotros sufrimos a Madrid y ustedes a Buenos Aires.

-Si tiene en cuenta los pedidos en favor de la autonomía que por estos días expresaron el intendente Miguel Lifschitz y distintos sectores de la ciudad se daría cuenta que también sufrimos a la capital provincial.

-La autonomía y la descentralización son dos grandes temas para las ciudades que quieren crecer. El progreso de España no vino desde Madrid por impulso del presidente. Vino por intendentes como los de Sevilla, Bilbao, La Coruña y Barcelona, que hicieron una red de ciudades. Cada ciudad debe buscar sus recursos y esos recursos deben volcarse en la ciudad, no en la provincia ni en la Nación. A la Municipalidad hay que darle poder de gestión, pero no puede trabajar sola, sino acompañada por empresas éticas, asociaciones civiles, creativos y ciudadanos plurales.

-En el seminario usted remarcó que hay ciudades que son sólo ciudades y otras que son marcas. ¿Cuál es la diferencia?

-Las que son sólo ciudades se estancan o van hacia atrás porque son iguales que otras, las que son una marca apuestan a sobresalir, a plantearse el presente y el futuro, y ser significativas en su entorno: son casi una envidia para otras ciudades y sus ciudadanos las aman locamente.

-La propuesta suena medio chauvinista.

-No, eso es algo horroroso y melancólico que ustedes tienen con esa historia de que bajaron de los barcos y el tango; tirad todo eso al Paraná (se ríe). Rosario necesita reinventarse, ponerse en el mapa no sólo de Argentina, sino de los países circundantes como Chile y Brasil. Que cuando venga un español a la Patagonia pase por Buenos Aires y también por Rosario.

-Usted es español, tras su paso por Buenos Aires ¿por qué vendría a Rosario?

-Por ejemplo, para ver el Museo de Arte Contemporáneo. Eso es una marca, algo que se logra a través de la cultura. Los años temáticos, los museos y los festivales sirven para lograr esas marcas. Sería bueno, por ejemplo, que la gente vaya a la Capital para ver el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) y luego venga por aquí donde tienen un espacio y un nivel de creación muy bueno. Un turista obviamente no vendrá aquí a buscar lo que ofrece Córdoba o Mendoza a nivel geográfico, ustedes no son eso, son innovación.

-¿Por qué cree que hay que vivir en Rosario?

-Porque es un lugar de paz social, una ciudad que carece de fuertes desigualdades y hay un poco de servicios para todos.

-Bueno, esta ciudad se hizo conocida por los saqueos del 89 y del 2001 y hoy mucha gente se queja del servicio de colectivos y recolección de basura.

-En mi ciudad también hay problemas, pero yo hablo de un cierto bienestar que hace a esta ciudad vivible, amable y muy diferente a Buenos AIres, tan inmensa y desigual. ¿Qué hay que hacer con ese bienestar? Apuntar a la economía del conocimiento: hay que preparar a la ciudad para las nuevas tecnologías, sin grandes estrépitos. Y así apuntar a la cultura, entendida como propuestas para la mejor calidad de vida de los ciudadanos.

-¿Por qué dice usted que las ciudades deben tener rasgos femeninos?

-Porque en general los municipios se entienden como si fueran un miembro masculino: "Yo hago todo". Un machismo total. En cambio, el municipio debe ser un lugar que acoge y suma a todos en la ciudad que queremos más allá de las diferencias, ese es un rasgo femenino en el mejor sentido de la maternidad. No hablo de proteger. Eso hacen las madres por las que, sabemos, después debemos ir al psicólogo a que nos saque los traumas.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
"Esta es una ciudad vivible y amable", sostiene Puig Picart.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados