| domingo, 14 de marzo de 2004 | La educación depende de nosotros La solución de la crisis moral de nuestra sociedad no será provista por ninguna fuerza superior a la de nuestra propia voluntad, pues es dentro de cada individuo donde se originan las barbaridades que vivimos a diario en la calle y a través de los noticieros. Si la crisis, los políticos, el FMI, "el sistema", o cualquier circunstancia externa adversa es incapaz de corromper la integridad de muchísimos argentinos honestos es porque éstos se guían por principios y virtudes más nobles. De aquí que la educación deba ser el fundamento de la constitución de toda persona y toda nación. Educación entendida no como la acumulación superficial de conocimientos que el alumno pronto desecha, sino como formación, centrada en la asimilación de valores. Kirchner dijo que "los docentes son los principales actores para el cambio de nuestra nación", pero en realidad todos lo somos. ¿Quiere aportar su valioso grano de arena? Invite a los niños a comprender las máximas de San Martín, el padre de nuestra patria. Enséñeles a diferenciar los impulsos del ego de los deseos altruistas, solidarios y a subordinar los primeros a los segundos. Explíqueles que sólo los fuertes pueden decir "esto está mal y no lo haremos más", mientras que los débiles hacen concesiones de dudosa validez. Explíqueles por qué es beneficioso hacer lo correcto, sin importar que el vecino o el dirigente de turno -que no tiene imaginación para planificar nada a diez años en el futuro- se empeñe en hacer lo contrario. Se necesita creatividad y paciencia pero lo primordial es predicar con el ejemplo. Por eso necesitamos mejorar nuestra propia conducta. Como dijo Ghandi, "nosotros debemos ser el cambio que queremos para el mundo". El futuro que añoramos para nuestros hijos no está en las manos de las Afjp, sino en las nuestras. Depende de usted ayudar a construirlo.
Luciano S. Méndez
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