Un diputado pide sacar cruces y vírgenes

Propician eliminar las imágenes religiosas en dependencias provinciales

El legislador socialista Alfredo Cecchi quiere darle fuerza de ley a un fallo judicial de la Nación

En consonancia con lo presentado por el socialismo ante el Congreso Nacional, el diputado provincial socialista Alfredo Cecchi presentó un proyecto en la Legislatura santafesina donde exige la prohibición de imágenes religiosas y político-partidistas en el ámbito de los tres poderes de la administración pública provincial, sus organismos descentralizados y empresas estatales. La iniciativa ya cosechó las firmas de sus colegas de la ARI y de la UCR.

Tal como lo hizo en su momento el legislador nacional Di Pollina ante la Cámara baja de la Nación, ahora Cecchi busca extender este proyecto a las reparticiones públicas del territorio santafesino.

Cecchi apoyó sus fundamentos en el derecho constitucional argentino de garantizar la igualdad en el ejercicio de los derechos ciudadanos, más allá de las características raciales, religiosas y cuanta connotación diferencial pueda distinguir a los habitantes.

Pero también se hace alusión a la polémica desatada con la entronización de imágenes religiosas en el hall de ingreso a los Tribunales porteños. En mayo de 2002 una réplica de la Virgen María Reina de la Paz Medjugorje fue entronizada en el edificio judicial de Capital Federal.

Además se colocaron un crucifijo, una bandera argentina y una urna donde los fieles concurrían al lugar a efectuar plegarias. Luego se la reemplazó por otra de la Virgen del Rosario de San Nicolás.

La Asociación de los Derechos Civiles presentó un recurso de amparo al entender que se lesionaba el derecho al tratamiento igualitario de las personas ante la Justicia. Y el 25 de noviembre del año pasado, un juzgado en lo Contencioso Administrativo dispuso el retiro de la imagen.

Cecchi también argumenta su proyecto con un extracto del fallo de la jueza Susana Córdoba, quien transcribe que cuando se ubica la imagen en la sede de un poder del Estado se está ejerciendo un poder "institucionalmente comprometido con un culto con el que comulga sólo una parte de quienes lo integran. El mentado compromiso institucional se acercaría peligrosamente a la adopción de una religión de Estado".

Cecchi utiliza por último una frase para apoyar su discurso: "La democracia no debería considerar la existencia de una mayoría, sino de todos. De lo contrario, sería la dictadura de una clase mayoritaria. Las mayorías circunstanciales, sean religiosas o políticas, deben inexorablemente contemplar que las instituciones cobijen a todos".