Cartas de lectores
 
Año CXXXVII Nº 48313
La Ciudad
Política
Información Gral
Cultura
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Economía
Escenario
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 28/02
Campo 28/02
Salud 25/02
Autos 25/02


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 29 de febrero de 2004

Mil gracias, Hospital Provincial

El 3 de enero pasado era un hermoso y brillante día. Todo en mi casa transcurría con normalidad, Hugo y yo disfrutando mis vacaciones y su día de descanso, y nuestros hijos desarrollando sus tareas habituales. Pero, a las 17.30 Hugo, sorpresivamente, se empieza a sentir mal. Tomamos un taxi y al llegar al Hospital Provincial todo empezó a empeorar. Corridas de médicos, camillas, respirador artificial, unidad coronaria. El parte de la médica de guardia era aterrador, su estado era gravísimo, había hecho un infarto masivo y un paro cardiorrespiratorio. ¿Qué hacía yo sola ahí? Gracias a un celular que me cedieron llamé a mi amiga Alicia. Llegó rapidísimo y juntas escuchamos el maldito diagnóstico. La noche se nos vino encima, la hermosa familia que habíamos construido con tanto amor comenzaba a desmoronarse. Ahí transcurrieron eternos 14 días. Hugo luchaba entre la vida y la muerte, hasta que el viernes 16, y después de una hermosa despedida (el día anterior) con besos y abrazos, y diciéndonos, los cuatro, recíprocamente lo que sentíamos, su carazón dijo basta, y nos volvimos a casa sin papá, sin nuestro compañero incondicional. Nuestro dolor es incomparable, se esfumaron nuestros sueños y proyectos de familia, tenemos que aprender a vivir sin Hugo. ¡Qué difícil se nos va a hacer! Estamos seguros de que él y mi papá nos guiarán y protegerán. El propósito de esta carta es para agradecer enormemente las atenciones recibidas en el Hospital Provincial, comenzando por la doctora Viviana que lo recibe en la guardia; la doctora Teresita y los doctores Mendoza, Pavón, Davidovich, Quijano que a pesar de estar de vacaciones se acercó a dar su opinión a pedido de Diana. Al cuerpo de enfermeros de Unidad Coronaria, los más destacados por su calidez, Luisito, Gloria, la Colorada y a todo el personal de seguridad; Rubén, un genio en contención hacia mi persona y mis hijos, y finalmente a la doctora Analía, que casi con lágrimas en los ojos fue la encargada de comunicarnos el desenlace. Como último mensaje queremos decir: confiemos en nuestro Hospital Provincial, se ocupan y preocupan por el enfermo y no dejan de contener emocionalmente al grupo familiar.

Mónica, Pablo y

Javier Mastroberardino

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados