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 sábado, 28 de febrero de 2004

Reflexiones
El racismo antihispano está de fiesta

Andrés Oppenheimer / Miami Herald

Los racistas en Estados Unidos deben estar de fiesta: finalmente, encontraron una luminaria del mundo intelectual -el director de la Academia de Estudios Internacionales y Regionales de la Universidad de Harvard, Samuel Huntington- que les ha dado argumentos pseudoacadémicos para sustentar su resentimiento contra la creciente comunidad hispana en el país.

Huntington, autor del éxito editorial de 1993 "El choque de las civilizaciones", dice en su libro de próxima aparición "Quiénes somos" (editorial Simon & Schuster, en inglés) que Estados Unidos está en peligro de desintegrarse por la avalancha de inmigrantes hispanos. •'El desafío más inmediato y más serio a la tradicional identidad de Estados Unidos viene de la inmensa y continua inmigración de América latina, especialmente de México, y las tasas de natalidad de esos inmigrantes", escribe Huntington en su nuevo libro, cuyo anticipo acaba de publicar la revista Foreign Policy en su página web (www.foreignpolicy.com).

"¿Podrá Estados Unidos seguir siendo un país con un solo idioma y una cultura predominantemente angloprotestante?'', se pregunta Huntington. "Al ignorar esta pregunta, los americanos están aceptando pasivamente su eventual transformación en un país de dos pueblos con dos culturas diferentes (anglo e hispana), y dos idiomas (inglés y español)".

Antes de decirles por qué pienso que todo esto es una tontería xenofóbica examinemos los argumentos de Huntington: dice que los inmigrantes mexicanos difieren de otros inmigrantes en que no se asimilan a la cultura de Estados Unidos y en que en el futuro podrían reclamar los territorios que México perdió durante las invasiones militares de Estados Unidos en el siglo XIX. Huntington ve con alarma que los canales de televisión en español en Miami tengan un público mayor que los canales en inglés; que el nombre "José" haya reemplazado a "Michael" como el más popular para los niños nacidos en California; y que los mexicoamericanos apoyen al seleccionado de fútbol de México cuando se enfrenta con el de Estados Unidos.

La avalancha de inmigrantes mexicanos, especialmente en los estados del suroeste, constituye "una importante amenaza potencial a la integración cultural y política del país", escribe Huntington. México, según él, podría más adelante tratar de "hacer reclamos sobre esos territorios" que perdió durante las invasiones de Estados Unidos. Pobre doctor Huntington. Me lo imagino mirando el resto de Estados Unidos desde su torre de observación en Boston, observando con nerviosismo las masas de hispanoparlantes erosionando lo que él define como "la cultura angloprotestante" del país. Sin embargo, si uno mira las cosas desde Miami, donde la mayoría de los adultos no habla inglés en sus hogares, la idea de la "amenaza hispana" parece absurda.

Es cierto que muchos inmigrantes en Miami no hablan inglés, pero sus hijos lo hablan. Cuando los ataques terroristas del 11 de septiembre, había tantas banderas de Estados Unidos en las calles como en cualquier otra ciudad. Y la ciudad se ha convertido en un centro de negocios internacional precisamente por tener una clase profesional bilingüe, capaz de funcionar perfectamente en dos culturas.

¿Y quién dijo que la gente está biológicamente limitada a hablar un solo idioma? Cualquier persona que haya viajado por Europa sabe que los suizos, los holandeses, los suecos y algunos otros pueblos hablan dos, tres y, a veces, cuatro idiomas, sin poner en peligro a sus respectivos países.

Asimismo, la aseveración de que los inmigrantes mexicanos constituyen un peligro mayor que los cubanos para Estados Unidos, porque se integran menos al resto de la sociedad, es simplemente errónea. Cualquiera que visita Los Angeles o San Antonio se sorprende por la cantidad de gente con nombres como "Juan González" que no hablan español.

Un nuevo estudio de la comunidad hispana realizado por Synovate, una empresa multinacional de estudios de Mercado, afirma que la tendencia en la comunidad hispana en Estados Unidos no es hacia la separación, sino hacia una mayor integración. En los últimos doce años, el número de hispanos no asimilados -que no acceden a medios de comunicación en inglés- ha caído de 40 % a 26 %, según el estudio.

"La mayoría de los hispanos, alrededor de un 63 %, son bilingües y biculturales" me dijo Jim Forrest, el director del estudio. "Esta gente se siente muy a gusto en cualquiera de los dos idiomas, y ha aprendido a vivir en Estados Unidos tomando lo mejor de la cultura del país anfitrión, manteniendo a la vez lo mejor de la cultura de su país nativo".

¿Es víctima de información errada Huntington, o estamos ante un caso de hispanofobia? Si quieren saber la respuesta les sugiero un pequeño ejercicio: lean su libro, cambien la palabra "hispano" por "afroamericano" y pregúntense cuál sería la reacción de la comunidad negra. Les aseguro que los grupos de derechos organizarían protestas masivas frente a Harvard, como deberían hacerlo en este caso.

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