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 sábado, 28 de febrero de 2004

En 52 años, unos 11 mil chicos denunciaron acoso sexual de curas católicos en los EEUU
Un estudio de la Conferencia Episcopal reveló que las presentaciones involucraron a más de cuatro mil sacerdotes

Casi 11.000 menores de edad fueron víctimas en EEUU de presunto abuso sexual por más de 4.000 sacerdotes a lo largo de 52 años, reveló ayer el estudio más extenso sobre el reciente pasado "trágico y vergonzoso" de la Iglesia Católica en ese país.

La Conferencia Episcopal de EEUU, en un acto de contrición e introspección, divulgó ayer el estudio estadístico y otro complementario, como parte de sus esfuerzos por restaurar la fe de los 65,3 millones de católicos en la institución.

Los resultados de los dos informes, que cubren el período entre 1950 y 2002, revelaron que el problema es mayor de lo que se pensaba: 4.392 sacerdotes -un cuatro por ciento de un total de 109.694- fueron acusados del abuso sexual de 10.667 menores.

De ese total, aproximadamente 6.700 casos presentaron suficientes pruebas, otros 3.300 no fueron investigados porque los sacerdotes ya habían fallecido, y otros 1.000 no presentaron pruebas fiables para justificar una investigación.

El estudio del Colegio John Jay para la Justicia Criminal, que se basó en el 97% de las 195 diócesis que respondieron a sus cuestionarios, agregó que poco más de la mitad de los abusos denunciados fueron cometidos contra niños entre 11 y 14 años; el 81% de las víctimas eran varones y el 19% mujeres. El 40,9% de los abusos ocurrió en la residencia del cura, el 16,3% en la propia iglesia y el 42,8% en otros sitios, se precisó.

La Iglesia Católica gastó poco más de 572 millones de dólares en concepto de costos legales, indemnizaciones, terapia para las víctimas y tratamiento para los sacerdotes.

Esa cifra no incluye los gastos incurridos después de completado el estudio nacional ni los 85 millones de dólares que recientemente acordó pagar la arquidiócesis de Boston para resolver algunas de las demandas.

Parte de la culpa de esta epidemia la tuvieron, en muchos casos, los obispos quienes, a sabiendas de la situación, no la corrigieron y se preocuparon más por proteger la reputación de la Iglesia, según el análisis complementario de la Junta Nacional de Revisión (National Review Board).

"Esta falta de liderazgo (por parte de algunos obispos) ha sido algo vergonzoso para la Iglesia", resumió la Junta.


Ya no están
"Les aseguro que los autores conocidos ya no son miembros del ministerio", dijo el obispo Wilton Gregory, presidente de la Conferencia Episcopal de EEUU. Agregó que "puedo decir con absoluta certeza que los obispos hemos puesto en marcha los mecanismos para responder de inmediato a estas acusaciones, ayudar a las víctimas y expulsar a los responsables".

Según la Conferencia, cerca de 700 sacerdotes y diáconos han sido apartados del ministerio desde enero de 2002. Durante una rueda de prensa en Washington, sin embargo, tanto Gregory como los demás obispos allí congregados insistieron en que serán los obispos de cada diócesis los que tendrán que decidir si divulgan o no los nombres de los curas paidófilos.

Agregó que el Vaticano ha mostrado mucha receptividad y la voluntad para continuar con las medidas correctivas para atacar el problema.

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