| domingo, 15 de febrero de 2004 | De Buenos Aires a Katmandú En junio de 2000 se llevó acabo una audiencia ante un Tribunal penal de la ciudad de Roma en vistas a conocer el destino de los ciudadanos italianos desaparecidos durante los años de la última dictadura. En el transcurso de esa audiencia se escucharon tres testimonios de importancia: el del ex Capitán de Marina Julio César Urien, el del periodista Horacio Verbitsky y el del ex cónsul italiano Enrico Calamai, testigo privilegiado de la situación padecida por muchos de sus connacionales en aquellos años.
Ante este Tribunal, Calamai ratificó lo que ya era una verdad incuestionable y que su propia labor consular había puesto en evidencia: el gobierno italiano de aquel entonces había elegido "la solución que más agradaba a los militares de turno" negándose a brindar ayuda a los italo-argentinos perseguidos. En el marco de esa audiencia hubo tiempo para recordar que ante el trabajo de ayuda y solidaridad desplegado por Calamai, el gobierno italiano había buscado la forma de distanciarlo de la Argentina enviándolo a desarrollar labores consulares lo más lejos posible de Sudamérica, más precisamente en Katmandú. Una estrategia típicamente diplomática en pos de no alterar las buenas relaciones existentes entre el gobierno italiano y la dictadura. enviar nota por e-mail | | |