"No es tan grave como parece"

"La cantidad de peces muertos no es tan grave como parece, en proporción al volumen de pejerreyes que hay en la laguna. A lo sumo cubrieron unos 1.500 metros de costa. De todos modos no perjudica los cardúmenes que hay en la laguna", apuntó el pescador Ariel Brahím. "Las fotos publicadas son muy elocuentes, a tal punto que asustan, pero esa misma cantidad de pescados murió el año pasado en la otra laguna, donde está el balneario, y ocurrió por las mismas razones que ahora", remarcó. La familia Brahím cuenta con un permiso de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia. Para poder ser considerado como criadero se debe tener una laguna que esté totalmente comprendida dentro de una propiedad particular y debe certificarse que existe alguna actividad de repoblamiento de pejerrey. De no encuadrarse dentro de la reglamentación de criadero se trataría de pesca comercial, en ese caso quien explote este tipo de ambiente también debe gestionar una autorización. De igual modo deben inscribirse todas aquellas personas que quieran tener un criadero de fauna exótica. Hace más de veinte años en la laguna Rovea había buena pesca, pero distintos factores hicieron que fuera perdiendo vida. Un grupo de vecinos decidió sembrar pejerreyes en forma intensiva durante dos años y luego en forma alternada durante nueve.